2021
La lección de los champiñones
Septiembre de 2021


La lección de los champiñones

La autora vive en Baviera, Alemania.

Annie y los demás prometieron escuchar con atención.

“Por el poder del Espíritu Santo podréis conocer la verdad de todas las cosas” (Moroni 10:5).

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family together in woods

Annie estaba entusiasmada porque su mamá iba a recoger champiñones silvestres con su amiga, la señorita María. ¡Y dijo que Annie podía ir también! También podrían ir tres de sus hermanos que tenían la edad suficiente.

“Está bien”, dijo la mamá antes de salir. “Les dejo venir porque sé que ustedes pueden escuchar con mucha atención. Eso es muy importante cuando se buscan champiñones. Algunos champiñones silvestres son deliciosos, pero otros son venenosos y les harían daño. Así que, ¿pueden prometerme hacer exactamente lo que diga la señorita María?

“¡Sí!”, exclamaron Annie y sus hermanos. Annie, Autumn, Gideon y Adelaide tomaron sus cestas y caminaron hacia el bosque para encontrarse con la señorita María.

La señorita María era una experta en champiñones. Le habían enseñado a encontrar los que eran comestibles en el bosque bávaro, en Alemania.

“¡Hola, niños!”, dijo la señorita María. “¿Quién está listo para ir a buscar champiñones?”.

Annie y sus hermanos dieron saltos de alegría. “¡Yo! ¡Yo!”.

“¡Estupendo!”, dijo la señorita María. “Ahora recuerden que solo pueden tocar y recoger los que yo diga que son comestibles”.

Annie y los demás prometieron de nuevo escuchar con atención. Luego siguieron a la señorita María hacia el interior del bosque.

El sol brillaba mientras atravesaban el terreno cubierto de musgo. ¡Había champiñones por todas partes! Los había naranjas, blancos, rojos y marrones. Algunos eran grandes; otros pequeños.

Los favoritos de Annie eran los rojos con lunares blancos porque le recordaban los cuentos de hadas; sin embargo, escuchó a la señorita María cuando ella le dijo que no los tocara. ¡Esos champiñones son hermosos, pero muy venenosos!

La señorita María los guiaba cuidadosamente. Annie y sus hermanos escuchaban con atención, tal como habían prometido.

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girl holding basket of mushrooms

También iban ayudando de otras maneras; Autumn tomaba fotos de los champiñones. Cuando la señorita María encontraba los que se podían comer, Gideon cortaba los tallos con cuidado. Luego Annie y Adelaide los llevaban en las cestas.

Por fin llegó la hora de regresar a casa. La señorita María les recordó que se lavaran las manos con jabón y agua tan pronto como llegaran.

“Gracias por enseñarnos el bosque y por ayudarnos con los champiñones”, dijo Annie.

La señorita María sonrió. “¡Gracias a ustedes por escuchar con atención!”.

Esa noche, para cenar, el papá cocinó patatas, salchichas y huevos con un ingrediente súper especial: ¡Champiñones!

“¡Qué rico!”, dijo Annie mientras daba otro bocado. “¡Estos saben muy ricos!”.

“Qué bien que la señorita María supiera cuáles champiñones se podían comer”, dijo la mamá.

“Y fue bueno que escucháramos lo que la señorita María decía”, añadió Autumn.

Annie pensó por un momento: “¿Es así como debemos escuchar al Espíritu Santo?”. Annie se estaba preparando para su bautismo y confirmación. Estaba aprendiendo acerca de lo que significaba tener el don del Espíritu Santo.

La mamá asintió. “¡Sí! El Espíritu Santo puede ayudarnos a saber lo que es correcto y bueno. Algo así como cuando María nos ayudaba a saber cuáles champiñones eran buenos para comer”.

“Así que es importante escuchar con atención al Espíritu Santo”, dijo el papá.

“¡Exacto!”, añadió la mamá.

“Me alegro de que el Espíritu Santo nos proteja”, dijo Annie. Y con eso, sonrió y dio otro gran bocado a los deliciosos champiñones.

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Friend Magazine, Global 2021/09 Sep

Ilustración por Simini Blocker.