De amigo a amigo
Un sentimiento de paz
Tomado de una entrevista con Lucy Stevenson Ewell.
Una mañana, cuando tenía once años, desperté y escuché voces en la sala. Nadie había ido a despertarme para ir a la escuela, como siempre lo hacían. Cuando salí para ver lo que estaba sucediendo, me enteré de que mi papá había muerto.
Mientras mi familia hablaba en la sala, salí al jardín. Nuestro jardín era grande y yo había trabajado con mi papá para ayudar a cuidarlo. Me senté en la banca bajo los árboles y lloré; me sentía muy triste y confundido.
Unos minutos después, vi a mi maestro de la Primaria abrir el portón. Vino y se sentó conmigo en la banca y dijo: “Joni, ¿recuerdas la lección que tuvimos el domingo pasado sobre el Plan de Salvación?”. Mi maestro me explicó de nuevo que nuestra alma está formada por un espíritu y un cuerpo. Me dijo que el espíritu de papá estaba en un buen lugar y que algún día él resucitaría y lo volvería a ver.
Aunque seguía estando triste, sentí paz. Recuerdo esa paz cada vez que pienso en esa experiencia. Mi maestro de la Primaria me ministró y el Espíritu Santo me consoló. Eso me ayudó a desarrollar mi testimonio del amor del Padre Celestial y del Plan de Salvación.
Sin importar por lo que estés pasando, Dios se preocupa por ti. No tienes que ser adulto para sentir al Espíritu testificar que todo va a estar bien. Puedes desarrollar un testimonio del plan del Padre Celestial y puedes sentir paz.
Ilustración por Arthur Lin.