El templo es un faro de rectitud

“Al rededicar este sagrado edificio, en un sentido real rededicamos también nuestras vidas ”, dijo el presidente Thomas S. Monson en la rededicación del Templo de Atlanta, Georgia. “Expresamos de nuevo nuestra determinación de seguir al Varón de dolores, al extraño de Galilea—sí, a Jesucristo, el Redentor—y de andar en Sus huellas”.

Veintiocho años atrás, el presidente Monson asistió a la primera dedicación del Templo de Atlanta con el presidente Ezra Taft Benson y el presidente Gordon B. Hinckley. En la rededicación, él dijo que tenía “recuerdos conmovedores de esa visita” y expresó gratitud por haber podido regresar para rededicar el templo renovado. En las dos sesiones dedicatorias, él relató historias e hizo comentarios sobre el templo, recordando a los presentes que “tenemos el privilegio de ser huéspedes en ésta, la Santa Casa del Señor, y de llevar a cabo Sus propósitos”.

La rededicación tuvo lugar el 1 de mayo de 2011.

Edificar Su Reino

“Que este templo sea un faro de rectitud en nuestras vidas”, dijo el presidente Monson. “Que sea un faro para recordarnos que honraremos a Dios, que guardaremos Sus mandamientos, que veneraremos y respetaremos Su Santa Casa, y que edificaremos Su reino aquí sobre la tierra”.

La responsabilidad de edificar el reino de Dios, explicó, va más allá de la vida terrenal. Estoy agradecido por el hecho de que tengamos una responsabilidad inherente para quienes han pasado al otro lado del velo, y este templo, y los demás templos de la tierra en la actualidad son el lugar donde esa obra tiene lugar. Es nuestro el privilegio de ser parte de ese glorioso plan, de ocuparnos de esa importante obra”.

Agradecer las bendiciones del templo

El presidente Monson relató la historia de un hombre que había gastado los ahorros de toda una vida para llevar a su esposa y sus hijos al templo. “No hay sacrificio demasiado grande”, dijo. Ese agradecimiento por las ordenanzas de investidura y sellamiento del templo, hará que los integrantes de la familia se unan más”.

A pesar de entrar al templo llevando consigo cargas, problemas y preocupaciones de la vida diaria, el presidente Monson prometió que “saldremos con un nuevo enfoque, un espíritu renovado y un alma consolada, con nuestro corazón lleno de la paz que el Salvador promete”. Él dijo que para recibir esas bendiciones del templo, debemos hacer tiempo para asistir al templo. “En nuestras vidas ocupadas donde tenemos tiempo para tantas actividades, espero que también tengamos tiempo para Cristo”.

Seamos merecedores de Su confianza

“Oro… para que seamos merecedores de la confianza con la cual hemos sido investidos”, dijo. “Que [el Señor] nos bendiga a todos para que tengamos el espíritu de adoración en el templo; que seamos obedientes a Sus mandamientos, que sigamos diligentemente los pasos de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”.

Al terminar con su testimonio, el presidente Monson dijo: “Les testifico… que la obra es verdadera” y “que Dios vive, que Jesús es el Cristo y que nosotros somos una parte de Su plan eterno, y de que es un privilegio estar en Su Santa Casa hoy”.

El texto de la oración dedicatoria se publicará cuando esté disponible.