La gratitud proporciona una paz que calma


 

“La expresión y los sentimientos de gratitud, sin ostentación, tienen una maravillosa condición purificadora y sanadora, y son cálidos tanto para el que da como para el que recibe”, dijo el élder Robert D. Hales del Quórum de los Doce Apóstoles.

“El expresar a nuestro Padre Celestial en la oración agradecimiento por lo que tenemos nos trae paz”, dijo, “una paz que nos permite mantener el alma libre de llagas por lo que no tenemos. La gratitud nos brinda la paz que nos ayuda a sobreponernos a la adversidad y el fracaso. La gratitud diaria es la expresión de aprecio por lo que tenemos ahora, sin tener en cuenta lo que tuvimos en el pasado ni lo que deseamos para el futuro”.

Contemos las bendiciones

El élder Hales enumeró algunas de las bendiciones por las que está más agradecido: “Siento gratitud por las Escrituras, que nos dan ejemplos de Jesús expresando agradecimiento a Su Padre… Estoy agradecido por la oportunidad de servir con los ungidos del Señor y de dar testimonio de los que han sido llamados para dirigirnos como profetas, videntes y reveladores en esta dispensación”.

“Al pasar los años, me siento cada vez más agradecido hacia mis padres. Vivían el Evangelio, estudiaban las Escrituras y testificaban de Dios el Padre y de Su hijo Jesucristo”, dijo el élder Hales. “Estoy agradecido por mi hermano y mi hermana, que aman al Señor y se han mantenido fieles… Quiero a mi amada compañera, Mary, a nuestros dos hijos, Steven y David, y sus respectivas familias… Expreso mi gratitud por todo el gozo que han traído a mi vida”.

“Mi mayor gratitud es por el sacrificio expiatorio de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo”, dijo el élder Hales. “Con enorme gratitud por este conocimiento, testifico que nuestro Salvador vive, que resucitó; que, por medio de la Expiación, hay redención y salvación para todo el género humano. Estoy agradecido por ese conocimiento”.

Esté agradecido por cada experiencia

El élder Hales hizo hincapié en que jamás deberíamos olvidar agradecerle a nuestro Padre Celestial por las bendiciones, dones, y talentos que Él nos ha dado. También enseñó: “[Deberíamos expresar] gratitud por lo que suceda, no sólo por lo bueno de la vida, sino también por la oposición y los problemas que aumentan nuestra experiencia y fe. Ponemos nuestra vida en las manos del Señor, sabiendo que todo lo que pase será para nuestro bien”.

Estos comentarios acerca de la gratitud se incluyeron en un discurso ofrecido durante la conferencia general de 1992. En su discurso en la conferencia general de octubre de 2011, el élder Hales también dijo que si perseveramos con una actitud de agradecimiento, entonces, aquello en que perseveramos nos fortalecerá. “Nos damos cuenta de que el propósito de nuestra vida terrenal es crecer, desarrollarnos y fortalecernos por medio de nuestras propias experiencias… A todos se nos dan pruebas y aflicciones. Estas dificultades del ser mortal nos demuestran, a nosotros y a nuestro Padre Celestial, si somos o no capaces de ejercer el albedrío para seguir a Su Hijo”, dijo.

El élder Hales concluyó: “Expreso gratitud porque ‘en mi Getsemaní’ (“¿Dónde hallo el solaz?Himnos, Nº 69) no estoy solo ni lo están ustedes en el suyo. El que vela por nosotros ‘no se adormecerá ni dormirá’ (Salmos 121:4)”.