Brasil está creciendo

El élder Jay E. Jensen, de la Presidencia de los Setenta (izquierda), el élder M. Russell Ballard (centro) y el élder Neil L. Andersen (derecha), del Quórum de los Doce Apóstoles, visitan el templo que está en construcción en Manaus, Brasil.

Brasil es un país en crecimiento, desarrollándose en la preeminencia económica y política en Sudamérica mientras se prepara para ser la sede de eventos internacionales como la Copa del Mundo 2014 de fútbol y los Juegos Olímpicos de verano de 2016.

Es también una nación donde la Iglesia está creciendo. Con más de un millón de Santos de los Últimos Días, cinco templos, 242 estacas y 27 misiones, es el país con la tercera población más grande de la Iglesia en el mundo, después de Estados Unidos y México. Y con más de 35.000 conversos que se unen cada año, la Iglesia en Brasil está creciendo más y más fuerte.

Profundamente impresionado

Cuando el élder M. Russell Ballard y el élder Neil L. Andersen, del Quórum de los Doce Apóstoles, visitaron Brasil hace poco, el élder Ballard dijo que estaba profundamente impresionado por la fuerza de la nación, la fortaleza de la Iglesia y la fidelidad de los miembros. En una reunión con los jóvenes adultos, recordó una declaración que hizo su abuelo, el élder Melvin J. Ballard (1873-1939), que sirvió como miembro del Quórum de los Doce Apóstoles durante 20 años.

En 1925, se asignó a su abuelo comenzar la obra en Sudamérica. Justo antes de regresar a casa en 1926, él estaba hablando a un pequeño grupo de miembros de la Iglesia en Buenos Aires, Argentina. Él dio una visión profética del futuro de la Iglesia en Sudamérica, al decir que “miles se unirán aquí… [Sudamérica] se convertirá en un poder en la Iglesia”.

Un poder dinámico

“Desde entonces, todo el continente se ha convertido en un poder dinámico en la Iglesia”, dijo el élder M. Russell Ballard, “y Brasil ocupa un lugar destacado entre las naciones de Sudamérica”.

A lo largo de la visita, del 20 al 29 de enero, él y el élder Andersen, junto con el élder Jay E. Jensen, de la Presidencia de los Setenta, se reunieron con familias, líderes del sacerdocio, obreros del templo, misioneros y jóvenes, y los instruyeron en Ribeirão Preto, São Paulo, Sorocaba, Campinas, Curitiba, Recife, Natal y Jundiaí.

Llevaron a cabo más de veinte reuniones, entre ellas seis conferencias de estaca, diez reuniones misionales, nueve devocionales con los jóvenes adultos solteros y visitas a los cinco templos, incluso al templo en construcción en Manaus. También se reunieron con el élder Helio Da Rocha Camargo, de 86 años, que fue llamado como la primera Autoridad General de Brasil. Él sirvió como Setenta desde 1985 hasta 1990.  

La Presidencia del Área Brasil: el élder Claudio R. M. Costa, el élder Carlos A. Godoy y el élder Jairo Mazzagardi, de los Setenta, que son todos de Brasil, participaron en las reuniones, al igual que varios de los Setenta de Área de Brasil.

Doctrina y principios que se enseñaron

En las diferentes reuniones, el élder Ballard aconsejó a los miembros dedicar tiempo en su vida para Cristo y convertirse en un “pueblo creyente”. Es de vital importancia, dijo, que los miembros sigan la admonición del Salvador a Tomás de “no [ser] incrédulo, sino creyente” (Juan 20:27). Dijo que serán bendecidos si siguen los ejemplos del profeta José Smith y de sus padres, Joseph Smith, padre, y Lucy Mack Smith, que se basaron en la fe y la oración para convertirse en “personas creyentes”. También desafió a todos los miembros para que ayudasen a un amigo inactivo a que volviera a activarse completamente.

El élder Ballard también advirtió que la tecnología debe usarse con prudencia. “Dejen de enviar mensajes de texto y empiecen a hablar”, dijo. “Dejen sus juegos de video. Busquen la tranquilidad de vez en cuando y conéctense con el cielo”. Él instó a los jóvenes y a los adultos a que se mantengan alejados de la pornografía en todas sus formas, al explicar que la fortaleza y el poder espirituales provienen de la justicia y la virtud completas.

Enseñó a quienes poseen el sacerdocio que cuiden de los que les rodean, uno por uno. “Es un principio universal”, dijo. “La obra se hace uno por uno”.

El élder Andersen recordó a los miembros que “nuestras elecciones no son entre la riqueza y la pobreza, o entre la fama y el anonimato. Nuestra elección es entre el bien y el mal”.

Inspirados por la devoción y la fe

Tras la visita, el élder Andersen dijo que él, el élder Ballard, y el élder Jensen se inspiraron en la devoción y la fe que encontraron entre los Santos de los Últimos Días de Brasil. Dijo que los miembros estaban contentos de ver al élder Ballard en su país una vez más. “Han pasado más de 10 años desde que él vino a Brasil”, dijo el élder Andersen, “y la gente de aquí le quiero mucho”. También señaló que cuando Barbara, la esposa del élder Ballard, se dirigió a las personas, “compartió un tierno testimonio sobre la vida juntos de la familia Ballard”.

El élder Ballard señaló que el élder Andersen ha prestado muchos años de servicio en Brasil, donde, como Setenta, antes de su llamamiento como apóstol, presidió sobre el Área Brasil Sur. “Él ha sido testigo de muchos momentos sagrados durante su servicio a este país y tiene muchos amigos brasileños”, dijo el élder Ballard. “Su ministerio fue evidente en todas partes donde fuimos, y la efusión de amor por él y su esposa, Kathy, fue significativa”. También agradeció al élder Jensen por sus muchos años dedicados de servicio en América Latina.

Un futuro brillante para Brasil

“Los brasileños son miembros fuertes de la Iglesia”, dijo el élder Andersen. “Ellos aman al Señor y les encanta servir, y no sólo servirán en Brasil sino que, según se presenten la oportunidades, en otros lugares también. Los miembros de la Iglesia seguirán teniendo un impacto en todos los niveles, tanto en la Iglesia como en la comunidad”, dijo él.

“Como nación, Brasil está experimentando un período de crecimiento, influencia y oportunidad espectaculares”, dijo el élder Ballard. “Los miembros de la Iglesia de Brasil continuarán con eso, y muchos de ellos se convertirán en líderes en la industria, la educación y la política.

“La Iglesia está madurando aquí y me quedé impresionado con lo que los miembros brasileños están logrando tanto temporal como espiritualmente”, dijo. “Estoy particularmente satisfecho de ver cómo muchos jóvenes siguen aceptando los llamamientos misionales y cuántos se casan en el templo. Ellos son el futuro brillante de la Iglesia. Seguirán edificando la Iglesia en este maravilloso país”.