Aprender juntos

“Para comprender las necesidades de los jóvenes, escúchelos cuando hagan comentarios y preguntas en clase; interésese por la vida de ellos; converse con los padres, líderes y otros maestros; y, lo más importante, busque la guía del Espíritu Santo. Adapte su método de enseñanza para ser receptivo al Espíritu y a las necesidades e intereses de los jóvenes” (Ven, sígueme, Cómo empezar).

Ven, sígueme nos invita a seguir el ejemplo de enseñanza del Salvador. El Salvador utilizó las Escrituras para enseñar y testificar acerca de Su misión. Él enseñó a las personas a meditar las Escrituras y a utilizarlas para ayudar a responder preguntas. Mediante ejemplos con los que podían identificarse, les ayudó a descubrir lecciones del Evangelio en sus propias experiencias y en su entorno. Les invitó a volverse testigos de Sus enseñanzas al enseñar y testificar a los demás. De ese modo, ellos podían profundizar su comprensión de la doctrina.

La clase del domingo es más que un maestro que habla y un alumno que escucha. Una lección de Ven, sígueme es un análisis activo de la doctrina en el que todos participan. Incluye oportunidades para:

  • Descubrir la doctrina que se encuentra en las Escrituras y en las palabras de los profetas vivientes.
  • Analizar la forma en que el Evangelio es relevante en la vida cotidiana.
  • Escuchar y responder a los susurros del Espíritu en cuanto a cómo vivir lo que aprendan.

Desarrollar aptitudes necesarias para encontrar respuestas fidedignas a las preguntas. Cada tema mensual consta de varias reseñas de entre las que puede elegir, no podrá enseñarlas todas. Delibere en consejo con la presidencia respecto a las necesidades y preguntas de las jóvenes en cuanto al tema mensual, y después seleccione reseñas que aborden esas necesidades. No tiene que cubrir los temas en el orden en que se presentan. Pida a la presidencia de clase que ayude a las líderes a determinar las reseñas que se necesitan más. Si fuera necesario, puede dedicarle más de una semana a una reseña.

En cada reseña de Ven, sígueme, lo primero que se ve es la sección “Prepararse espiritualmente” que le ayuda a prepararse para enseñar, pero no constituye la lección. Descubra y utilice las ideas de la actividad de aprendizaje que se encuentran en la sección “Aprender juntas”, las cuales se han diseñado para fomentar la participación y el descubrimiento. Vea los videos de salones de clase reales para ver a maestros que utilizan los métodos sugeridos en las actividades de aprendizaje:

Conforme las jóvenes analizan las verdades del Evangelio, reciben la confirmación de las mismas en su corazón y en su mente mediante el poder del Espíritu Santo. A medida que descubran la verdad juntas, se fortalecerán mutuamente: el oír una verdad del Evangelio de una compañera tiene más poder que escucharla de un líder o maestro.

Estudie y prepárese con espíritu de oración no solo para dirigir un análisis, sino también para ayudar a las jóvenes a descubrir la doctrina de Jesucristo y la forma de vivirla. Al hacerlo, bendecirá la vida de ellas y de generaciones venideras.

DELIBERAR EN CONSEJO:

  • ¿Cómo podemos hacer que nuestra enseñanza sea relevante para las necesidades, preguntas e inquietudes de nuestras mujeres jóvenes?
  • ¿Cómo se puede ayudar mejor a las jovencitas a descubrir las respuestas a sus propias preguntas por medio de las Escrituras y las palabras de los profetas?
  • ¿De qué manera pueden determinar las presidencias de clase las necesidades de las integrantes de la clase respecto al tema del mes próximo y seleccionar las reseñas que se enseñarán?

FUENTES DE CONSULTA ADICIONALES: