Capacitación para maestros

Cuando los jóvenes comparten sus experiencias, y los líderes las suyas, se invita al Espíritu Santo al salón de clases y éste testifica de la verdad.

Si los jóvenes aprenden y enseñan el Evangelio con su familia de la misma forma que lo hacen con sus líderes, tendrán experiencias potentes que no serían posibles de otra manera.

Tu objetivo como líder es ayudar a los jóvenes a convertirse de lleno al evangelio de Jesucristo. A medida que el corazón de ellos cambie, verás que serán más unidos, compartirán el Evangelio con los demás y se arrepentirán de sus pecados.

Si los jóvenes ponen en práctica lo que les enseñe, tendrán sus propias experiencias con el Evangelio. El ánimo que les dé y las invitaciones que les haga los llevará a la conversión.

Si los jóvenes deben llegar a convertirse, no pueden limitarse a escuchar: tienen que poner en práctica lo que aprenden.

Enseñamos el Evagelio dondequiera: en casa, en la reunión sacramental, en la Primaria, con amigos en la escuela y en nuestras clases y reuniones de quórum. Cuando compartimos nuestro testimonio, el Espíritu Santo nos testifica que es verdadad.