Jesucristo, el Salvador

Mujeres Jóvenes, Manual 1, 1994


Objetivo

Que cada una de las jóvenes comprenda que Jesucristo es su Salvador y que la expiación de El hace posible que algún día ella resucite y vuelva a vivir con Dios.

Preparación

  1. 1.

    Lámina 2, “El Salvador”, que se encuentra al final del manual. Antes de comenzar la clase, colóquela en una mesa bien arreglada a fin de crear un ambiente de reverencia.

  2. 2.

    Asigne anticipadamente los pasajes de las Escrituras, los relatos o las citas que desee que las alumnas lean en voz alta a la clase.

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Las Escrituras testifican que Jesús es el Cristo, el Salvador del mundo

Análisis en la pizarra y con las Escrituras

Escriba en la pizarra Jesús es el Cristo, seguido por las referencias que aparecen a continuación. Diga a las jóvenes que busquen esos pasajes en sus Escrituras, y léanlos juntas. Dígales que los marquen. Analice cada uno con ellas minuciosamente.

Jesús es el Cristo

  • Juan 3:16–17.

  • Juan 14:6.

  • Doctrina y Convenios 76:40–42.

  • 1 Nefi 22:12.

  • 1 Juan 4:14.

  • Mosíah 3:17–18.

Explíqueles que éstos son sólo algunos de los muchos pasajes de las Escrituras que testifican que Jesús es el Cristo, el Salvador del mundo.

La expiación de Jesucristo hace posibles la salvación y la exaltación

Análisis de un pasaje de las Escrituras

Pida que alguien repita de memoria el tercer Artículo de Fe. Hable con la clase sobre lo que es la expiación de Cristo y lo que significa para nosotros. Esta conversación debe incluir los siguientes puntos:

  1. 1.

    Cristo se ofreció voluntariamente a dar Su vida para que todas las personas pudieran salvarse.

  2. 2.

    Cristo fue preordenado, o sea, fue elegido para su misión antes de que el mundo se creara.

  3. 3.

    La transgresión de Adán trajo la muerte a la tierra. El sacrificio de Cristo pagó la pena por esa ley quebrantada para que todos lleguemos a vencer la muerte.

  4. 4.

    Cristo no pagó sólo por el pecado de Adán, sino también por los nuestros, con la condición de que obedezcamos las leyes y ordenanzas del evangelio.

  5. 5.

    Por ser literalmente el Hijo de Dios en la carne, Cristo es la única persona que podía tener poder sobre la muerte, porque El había heredado de su Padre el poder de la vida, o sea, la inmortalidad. Además, por haber sido la única persona sin pecado que viviría en esta tierra, El era también la única sobre quien Satanás no tenía poder. Por lo tanto, El es el único ser viviente que podía llevar a cabo la Expiación.

  6. 6.

    Gracias al sacrificio de Cristo, todas las personas serán resucitadas.

  7. 7.

    Los profetas, tanto los anteriores como los posteriores a la época de Cristo en la tierra, todos han testificado de El.

Escriba en la pizarra las siguientes referencias de las Escrituras:

  • Alma 11:42–43

  • Alma 11:40

Diga a las alumnas que lean para sí estos dos pasajes y, por lo que digan, determinen cuáles son los dos resultados fundamentales de la expiación de Jesucristo. (Seremos resucitados y tendremos la oportunidad de ser exaltados, o sea, de obtener la vida eterna.)

• De acuerdo con lo que dice Amulek en esos versículos de Alma, ¿quiénes son los que obtendrán la vida eterna? (Los que crean en el nombre de Jesucristo.)

Relato

Pregúnteles si han tratado de imaginar lo que habrá sentido el Salvador al tomar sobre sí nuestros pecados. Lea a la clase, o pida a una de las jóvenes que lo lea, el siguiente relato que hizo el élder Orson F. Whitney:

“Entonces recibí una manifestación maravillosa, una admonición proveniente de una Fuente superior, algo imposible de olvidar. Fue un sueño, o una visión en un sueño, mientras me hallaba acostado en la cama, en el pueblecito de Columbia, Distrito de Lancaster, estado de Pensilvania. Me encontraba en el huerto de Getsemaní, presenciando el sufrimiento del Salvador. Lo veía tan claramente como veo todos los días a las personas. En primer plano, de pie detrás de un árbol, vi a Jesús con Pedro, Santiago y Juan, que entraban por un portoncillo que había a mi derecha. Dejando allí a los tres Apóstoles, después de decirles que se pusieran de rodillas y oraran, el Hijo de Dios fue hacia el otro lado, donde El también se arrodilló a orar. Las palabras que pronunció fueron la misma oración que todos los lectores de la Biblia conocemos bien: ‘Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú’.

“Mientras oraba, las lágrimas le corrían por el rostro, que tenía vuelto hacia mí. Me conmovió tanto la escena que también yo empecé a llorar, de pura emoción. Todo mi corazón se volcó hacia El; sentí que lo amaba con toda mi alma y que, sobre todas las demás cosas, lo que más deseaba era estar con El.

“Después, se levantó y se dirigió adonde los Apóstoles estaban arrodillados ¡y dormidos! Los sacudió suavemente para despertarlos y, con un tono de tierno reproche, sin el más ligero asomo de enojo ni de impaciencia, les preguntó tristemente si no podían velar con El una hora. Ahí estaba El, con el terrible peso de los pecados del mundo sobre Sus hombros, con los dolores de todo hombre, mujer y niño hiriendo Su alma sensible, ¡y ellos no pudieron velar con El ni una mísera hora!” (Through Memory Halls: The Life Story of Orson F. Whitney, Independence, Misuri: Zion’s Printing and Publishing Co., 1930, pág. 82).

Preguntas para reflexionar

• ¿Somos a veces indiferentes al sufrimiento que Cristo pasó por nosotros? ¿Llegamos realmente a apreciar en toda su inmensidad los dos dones maravillosos que El puso a nuestro alcance?

• ¿Qué debemos hacer para que la Expiación tenga efecto en nosotras?

Para ser exaltadas, debemos arrepentirnos y volvernos al Salvador

Análisis de un pasaje de las Escrituras

Escriba en la pizarra: Helamán 14:13.

• De acuerdo con lo que dice en Helamán 14:13, si verdaderamente creemos en Jesucristo, ¿qué nos llevará a hacer esa creencia?

Agregue en la pizarra: Doctrina y Convenios 19:16–19. Pida a alguien que lea esos versículos en voz alta.

• ¿Qué les hace sentir el saber que Jesucristo sufrió por sus pecados para que, si se arrepienten, no tengan ustedes que sufrir por ellos?

Agregue en la pizarra: Doctrina y Convenios 58:43.

• De acuerdo con lo que dice en ese versículo, ¿qué hará la persona que realmente se arrepienta?

El verdadero arrepentimiento lleva tiempo y esfuerzo; si nos arrepentimos, debemos demostrarle al Señor y a nosotras mismas que hemos abandonado nuestros errores.

Cita

“Hay quienes creen en un arrepentimiento instantáneo. Aunque se pueda dejar de hacer algo instantáneamente… el verdadero arrepentimiento tiene lugar después que se ha demostrado, con el paso del tiempo, que realmente se ha cumplido con la resolución tomada y que el pecado ciertamente ha desaparecido de la vida de esa persona” (Loren C. Dunn, Read, Ponder, Pray, Brigham Young University Speeches of the Year. Provo, 7 de marzo de 1972, pág. 4).

Análisis de un pasaje de las Escrituras

Explíqueles que el confesar y abandonar el pecado es indispensable y vital. Algunos pecados es necesario confesarlos a los líderes del sacerdocio. Pero para obtener el perdón, se necesita algo más.

• ¿Qué más se necesita?

Explique a las alumnas que las personas de quienes se trata en los tres pasajes siguientes de las Escrituras estaban arrepentidas y, habiendo tenido una experiencia similar, todas procuraban recibir el perdón. Mientras alguien lee los pasajes en voz alta, dígales que los sigan en silencio en sus libros.

  • Enós 1:4–8.

  • Mosíah 4:1–3.

  • Alma 38:8.

• En cada uno de esos ejemplos, ¿cómo obtuvieron las personas el perdón?

Recuerde a las jóvenes que debemos volvernos a nuestro Padre Celestial, con fe en Jesucristo, a fin de que se nos perdonen nuestros pecados. Jesucristo pone al alcance de cada una de nosotras dos extraordinarios dones: la resurrección, que es incondicional para todos; y la exaltación o vida eterna, que lograremos a condición de tener fe en Jesucristo y de arrepentirnos de todo corazón.

Conclusión

Testimonio

Si lo desea, exprese su testimonio de la importancia que Jesucristo tiene para nosotros, individualmente, como nuestro Salvador. Ayude a sus alumnas a comprender este concepto. Sin El, no tendríamos la esperanza de la resurrección ni la de volver a Su presencia. Por causa de Cristo no sólo tenemos esa esperanza, sino también la promesa de bendiciones que recibiremos en esta vida por medio de nuestra fidelidad.