Lección 5

“…éste es el espíritu de revelación”

Doctrina y Convenios y la Historia de la Iglesia: Manual para el maestro


Objetivo

Que los miembros de la clase comprendan cómo se pueden preparar para recibir revelación personal y alentarlos a que lo hagan.

Preparación

  1. Estudie Doctrina y Convenios 6, 8, 9, José Smith—Historia 1:8–17 y los demás pasajes de las Escrituras que se mencionan en esta lección, y ore al respecto.

  2. Repase el material correspondiente a esta lección en la Guía de estudio para el miembro de la clase (35686 002) y planifique la forma en que lo utilizará durante la lección.

  3. Para obtener una mayor comprensión de los acontecimientos históricos relacionados con la doctrina de esta lección, considere repasar los siguientes:

    1. “El don de Oliver Cowdery.”

    2. Material histórico adicional para esta lección.

  4. Si va a utilizar la actividad para despertar el interés, haga los preparativos para poner a la vista algunas láminas de profetas recibiendo revelación, tales como Moisés y la zarza ardiente (62239; Las bellas artes del Evangelio 107); El Señor llama al pequeño Samuel (62498; Las bellas artes del Evangelio 111); Daniel interpreta el sueño de Nabucodonosor (62531; Las bellas artes del Evangelio 115); El hermano de Jared ve el dedo del Señor (62478; Las bellas artes del Evangelio 318); y la Primera Visión (62470; Las bellas artes del Evangelio 403). Si lo desea, consiga fotografías de algunos miembros de la clase.

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Actividad para despertar el interés

Si lo considera apropiado, para comenzar la lección utilice la actividad que se encuentra a continuación o una de su preferencia:

• Ponga a la vista las láminas de los profetas (véase la sección “Preparación”, punto número 3). Explique que cada una de esas láminas representa algo semejante. ¿Qué es? (Cada una de ellas representa a un profeta recibiendo revelación.)

Lea la siguiente declaración del profeta José Smith: “…Dios no ha revelado nada a José que no hará saber a los Doce, y aun el menor de los santos podrá saber todas las cosas tan pronto como pueda soportarlas” (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 177).

Haga hincapié en que no tenemos que ser profetas para recibir revelación del Señor. Aun cuando no recibamos revelación para guiar a la Iglesia, podemos recibir revelación que nos ayude a aprender las verdades del Evangelio y nos guíe en nuestra vida personal y en las responsabilidades relacionadas con nuestro hogar y la Iglesia. Si ha podido conseguir fotografías de los miembros de la clase, colóquelas junto a las láminas de los profetas.

Análisis y aplicación

Con oración, escoja el material de la lección que satisfaga mejor las necesidades de los miembros de su clase. Someta a discusión de clase cómo podemos aplicar las Escrituras a nuestra vida cotidiana. Aliente a los miembros de la clase a compartir experiencias que se relacionen con los principios de las Escrituras.

Explique que tanto la lección 5 como la 6 son acerca de la revelación personal. Doctrina y Convenios nos explica en gran medida este importante tema. Esta lección se concentra en la razón por la cual es necesario que recibamos revelación personal y en la forma en que debemos prepararnos para recibirla. La lección 6 trata el modo en que podemos reconocer la revelación personal que recibimos por medio del Espíritu Santo. La asignación de lectura para ambas lecciones comprende D. y C. 6, 8 y 9, las cuales son revelaciones que recibió José Smith mientras se encontraba traduciendo el Libro de Mormón con Oliver Cowdery de escribiente. A pesar de que el contexto de la sección 9 se relaciona con el intento de Oliver Cowdery de traducir el Libro de Mormón, los principios se aplican a cualquier otra revelación.

1. La necesidad de recibir revelación personal.

Explique que una de nuestras bendiciones más grandes es que los cielos están abiertos y que el Señor se comunica con Sus hijos por medio de la revelación continua. “La revelación divina es uno de los conceptos y principios más gloriosos del Evangelio de Jesucristo, ya que sin ella, el hombre no podría saber las cosas de Dios… La revelación continua de Dios a Sus santos… hace posible que el alma fiel reciba orientación diaria que la conduzca por los caminos correctos y guía para obtener la salvación completa y eterna en el reino celestial… Sin revelación, todo sería conjeturas, oscuridad y confusión” (Bible Dictionary, “Revelation”, pág. 762).

• El élder Boyd K. Packer, del Quórum de los Doce, dijo: “Nadie puede sobrevivir en el mundo actual, y mucho menos bajo las condiciones en las que dentro de poco nos tocará vivir, sin inspiración personal” (“La reverencia inspira la revelación”, Liahona, enero de 1992, pág. 25). ¿Por qué piensan que la revelación personal es tan importante para nuestra época? (Entre las respuestas se podría incluir lo que se menciona a continuación.)

  1. Por medio de la revelación personal recibimos nuestro testimonio de Jesucristo, de Su Evangelio y del llamamiento divino de José Smith.

  2. Por medio de la revelación personal aprendemos las verdades divinas.

  3. Por medio de la revelación personal recibimos guía, una guía que va más allá de nuestra limitada comprensión para contestar las preguntas de la vida, enfrentar problemas y tomar decisiones.

• ¿Cuáles son algunas decisiones o situaciones en las cuales la revelación personal puede beneficiarnos? (Invite a los miembros de la clase a relatar cómo la revelación personal les ha ayudado en sus responsabilidades familiares, en sus responsabilidades de la Iglesia y en otros aspectos de su vida.)

2. El comprender qué debemos hacer para recibir revelación.

Explique que es importante comprender cómo debemos prepararnos para recibir revelación personal. Pida a los miembros de la clase que lean los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación y cuyas referencias se dan en cursiva, y que después determinen qué nos enseñan esas Escrituras acerca de cómo debemos prepararnos para recibir revelación personal (las respuestas que se sugieren están entre paréntesis). Resuma en la pizarra las respuestas que le den y luego analícelas con la clase.

a. Doctrina y Convenios 9:8; José Smith—Historia 1:8–10. (Estudiar el asunto en la mente.)

• ¿Cómo podemos estudiar una pregunta en nuestra mente?

Si lo desea, pida a los miembros de la clase que estudien José Smith—Historia 1:8 con el fin de encontrar afirmaciones que indiquen cómo José Smith estudió en la mente su pregunta. A continuación se enumeran algunas expresiones claves:

  1. “invadieron mi mente una seria reflexión…”

  2. “la intensidad de mis sentimientos, que a menudo eran punzantes”.

  3. “concurría a sus respectivas reuniones cada vez que la ocasión me lo permitía”.

Explique que José Smith pensó profundamente en la pregunta que tenía con respecto a qué iglesia era la verdadera. Además dedicó mucho tiempo y puso un gran empeño, asistiendo a las reuniones, estudiando las Escrituras y tratando durante más de dos años de recibir una respuesta. Sugiera a los miembros de la clase que vean en José Smith un ejemplo de cómo estudiar un asunto en la mente al buscar una revelación.

• ¿Por qué espera el Señor que estudiemos las cosas en la mente antes de recibir una revelación? (Entre las respuestas se podría indicar que el Señor espera que seamos activos y no pasivos al buscar una revelación de Él. También espera que utilicemos nuestro albedrío. El utilizar los dones y los medios que Él nos ha proporcionado para ayudarnos a estudiar las cosas en nuestra mente nos sirve para progresar.) ¿Por qué el estudiar las cosas en la mente nos ayuda a progresar espiritualmente?

b. Doctrina y Convenios 138:1–11; José Smith—Historia 1:11–12. (Meditar y reflexionar sobre las Escrituras y las enseñanzas de los profetas de los últimos días.) Explique que el meditar en las Escrituras fue el factor preponderante para que se recibieran las dos revelaciones que se registran en estos pasajes.

• ¿Por qué es importante estudiar las Escrituras y meditar en ellas cuando estamos buscando una revelación? ¿De qué manera les ha servido el estudio de las Escrituras al buscar revelación del Señor?

El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce, explicó:

“La lectura de las Escrituras puede… llevar a una revelación actual sobre cualquier [cosa] que el Señor desee comunicar al lector en esa circunstancia. No exageramos cuando decimos que las Escrituras pueden ser un Urim y Tumim que ayudarán a cada uno de nosotros a recibir revelación personal.

“En virtud de nuestra creencia de que la lectura de las Escrituras puede ayudarnos a recibir revelación, se nos insta a leerlas una y otra vez. Por ese medio, obtenemos conocimiento de lo que nuestro Padre Celestial quiere que sepamos y hagamos en el día de hoy en nuestra vida personal. Ésa es la razón por la cual los Santos de los Últimos Días creen en el estudio diario de las Escrituras” (“Scripture Reading and Revelation”, Ensign, enero de 1995, pág. 8).

c. Doctrina y Convenios 6:5, 14; 8:1; 42:61; 88:63–64. (Pedir al Señor con fe, con un corazón sincero, creyendo que recibiremos.)

El élder Boyd K. Packer dijo: “Ningún otro mensaje aparece en las Escrituras más veces y en más variadas formas que el que dice ‘Pedid y recibiréis’ (“La reverencia inspira la revelación”, Liahona, enero de 1992, pág. 23). El orar con fe es una parte esencial del proceso de recibir revelación. Explique que la mayoría de las revelaciones registradas en Doctrina y Convenios son respuestas a las preguntas que el profeta José Smith hizo al Señor.

• ¿Qué significa “[pedir] con fe”? (D. y C. 8:1; véase también 1 Nefi 15:11; Moroni 10:4).

Las siguientes preguntas del presidente Spencer W. Kimball nos sirven para comprender qué significa orar con fe: “¿Ofrecen unas pocas palabras bonitas y frases gastadas, o intentan hablar íntimamente al Señor? ¿Oran sólo alguna que otra vez, cuando deberían hacerlo en forma regular y constante?… Cuando oran, ¿se limitan a hablar o también escuchan?… Al orar ¿agradecen o simplemente piden favores?” (véase “La oración”, Liahona, mayo de 1980, págs. 3–5).

• ¿Qué significa pedir “con un corazón sincero”? (D. y C. 8:1; entre las respuestas podrían incluirse las que se mencionan a continuación).

  1. Debemos buscar con sinceridad comprender la voluntad del Señor y pedir sólo las cosas que estén de acuerdo con ella.

  2. Debemos asegurarnos de que los motivos que tengamos para pedir sean puros.

  3. Debemos arrepentirnos.

• Lea José Smith—Historia 1:13–16 con los miembros de la clase. De este mensaje, ¿qué aprendemos acerca de la oración? (Entre las respuestas se podría mencionar la importancia de orar vocalmente, de arrodillarnos para hacerlo, de expresar el deseo de nuestro corazón en lugar de pronunciar sólo palabras y de concentrarnos totalmente en nuestro esfuerzo por comunicarnos con Dios.)

• ¿Qué nos promete el Señor cuando pedimos con fe y con un corazón sincero? (Véase D. y C. 6:14; 42:61.) ¿Cómo se han cumplido esas promesas en la vida de ustedes?

d. Doctrina y Convenios 63:23; 76:5–10; 93:1, 28; 101:7–8. (Ser obediente y servir a Dios.)

• ¿Por qué es la obediencia importante al buscar revelación de Dios?

El élder Dallin H. Oaks enseñó: “El camino hacia la revelación es la rectitud” (“Las voces distintas”, Liahona, julio de 1989, pág. 37). También enseñó: “No podemos tener la compañía del Espíritu Santo —el medio de la revelación individual— si nos encontramos en transgresión o si estamos llenos de ira o si estamos en contra de las autoridades elegidas por el Señor” (“La enseñanza y el aprendizaje por medio del Espíritu”, Liahona, mayo de 1999, pág. 18).

e. Doctrina y Convenios 5:24; 19:23; 112:10; 136:32–33. (Ser manso y humilde.)

• ¿Por qué es importante la humildad al buscar revelación de Dios?

David Whitmer recordó que una mañana, cuando José Smith se aprestaba para seguir la traducción del Libro de Mormón, “sucedió en su casa algo que le incomodó, algo que había hecho Emma, su esposa. Oliver y yo subimos al piso superior y poco después subió José para continuar la traducción, pero no pudo hacer nada. No podía traducir ni una sola sílaba. Entonces bajó las escaleras, salió al huerto y allí elevó una oración al Señor; estuvo fuera como una hora, tras lo cual volvió a entrar en la casa, buscó a Emma y le pidió que lo perdonara. Después de eso, subió al cuarto donde nos encontrábamos y pudo continuar la traducción sin ninguna dificultad. Él no podía hacer nada mientras no fuera humilde y fiel” (citado en B. H. Roberts, A Comprehensive History of the Church, tomo I, pág. 131; citado en El Nuevo Testamento, Doctrina del Evangelio, Manual para el maestro, pág. 19).

f. Doctrina y Convenios 25:10; 30:2. (Concentrarse en las cosas de Dios en lugar de en las cosas del mundo.)

• ¿Por qué es importante concentrarse en “las cosas de… [Dios]” en lugar de en “las cosas de la tierra” al buscar revelación? (D. y C. 30:2). ¿Qué podemos hacer para no prestar atención a las preocupaciones y a las interferencias del mundo al buscar revelación?

El élder Boyd K. Packer enseñó:

“La inspiración se hace presente con más facilidad en medio de un clima pacífico. Las Escrituras están repletas de pasajes en los que se mencionan palabras tales como apacible, quieto, calmo

“El mundo está cada vez más agitado. La moda y el comportamiento de la gente son cada vez más liberales, desordenados y torpes. La música escandalosa con letras obscenas lanzadas por amplificadores en medio de los destellos de luces sicodélicas caracterizan a una generación de drogas. Hay variaciones de estas cosas que están ganando gran aceptación e influencia entre nuestros jóvenes…

“Esta tendencia a más ruido, más excitación, más contención, menos refrenamiento, menos dignidad y formalidad no es accidental ni inocente ni inofensiva.

“La primera orden emitida por un comandante que se apresta a hacer una invasión militar es la de interferir con los canales de comunicación de aquellos a quienes intenta conquistar.

“La irreverencia satisface los propósitos del adversario al obstruir los delicados canales de revelación tanto de la mente como del espíritu” (“La reverencia inspira la revelación”, Liahona, enero de 1992, pág. 24).

El élder Neal A. Maxwell, mientras prestaba servicio en la Presidencia de los Setenta, explicó:

“La guía divina es tan esencial… que debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance por colocarnos en una posición en la cual podamos recibir esa ayuda especial. El presidente David O. McKay habló de cómo las horas de la mañana, antes de que nos abrumen las preocupaciones del día, son las ideales para recibir inspiración. Otros piensan que podemos crear un ambiente propicio para recibir el Espíritu al estar solos y al leer las Escrituras, y que ese ambiente se puede cultivar. Después de todo, es una buena idea leer y poner en práctica las palabras de Cristo que ya poseemos antes de pedir algo más” (Wherefore, Ye Must Press Forward, 1977, pág. 121).

Conclusión

Haga hincapié en la importancia de la revelación personal en nuestra vida. Testifique que todo miembro de la Iglesia puede recibir revelación por medio del Espíritu Santo. Aliente a los miembros de la clase a prepararse para recibir esta guía divina.