Reyna I. Aburto

Reyna I. Aburto nació en Nicaragua y sus padres son Noel Blanco y Delbi Cardoza; se casó con Carlos Aburto, de México, en el Templo de Jordan River, Utah, en 1993. Ambos son conversos a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y tienen tres hijos.

Reyna I. Aburto afirma que su esposo, Carlos, es su “mejor amigo” y su “apoyo más grande”, y disfrutan pasar tiempo con sus hijos y nietos.

Ella relata que dos acontecimientos importantes de su infancia influyeron en gran manera en su vida: sobrevivir a un terremoto que destruyó su casa y mató a su hermano mayor, y vivir en medio de un período de disturbios civiles en Nicaragua a finales de la década de 1970. Mediante esas difíciles experiencias de pérdida, incertidumbre y temor, aprendió que las relaciones, la familia, el amor y la fe son nuestras posesiones más valiosas.

Reyna I. Aburto asistió a la Universidad Centroamericana, donde estudió Ingeniería Industrial durante cuatro años, y tiene un título en Informática de la Universidad Utah Valley.

En 1989, después de pasar por un momento difícil en su vida, los misioneros Santos de los Últimos Días la invitaron a asistir a la Iglesia en California. Ella estaba indecisa al principio, pero recuerda haberse sentido segura y en casa desde el momento en el que entró en el centro de reuniones. Unas semanas después, a los veintiséis años, se bautizó. Dice: “Nunca he dejado de maravillarme ante la belleza del Evangelio”, al referirse a su condición de miembro de la Iglesia como un gran privilegio y don.

Su familia asistió a congregaciones de habla hispana hasta 2013, cuando empezaron a acudir a un barrio de habla inglesa de su vecindario, y prestó servicio ampliamente en la Sociedad de Socorro, las Mujeres Jóvenes, la Primaria, la Escuela Dominical y las organizaciones de escultismo de su barrio y estaca (diócesis).

Ella prestó servicio en la Mesa Directiva General de la Primaria desde 2012 hasta 2016, y sus responsabilidades incluían la coordinación de recursos para niños con discapacidades en la Iglesia, la participación en el programa de escultismo, la mejora del contenido web de la Primaria y brindar capacitaciones para líderes de la Iglesia en los Estados Unidos y México.

Ha trabajado en la industria de los idiomas por más de veinticinco años, equilibrando el trabajo, la familia y las responsabilidades en la Iglesia, y ahora tiene un pequeño negocio de traducción con su esposo.