
Los padres de Juan el Bautista, Elisabet y Zacarías, “eran ya de edad avanzada” (Lucas 1:7). Eso quiere decir que eran viejos. Nunca habían tenido hijos y Elisabet ya había pasado la edad en la que normalmente eso sería posible. Habían servido al Señor toda su vida.
Mientras tanto, Elisabet tenía una parienta llamada María cuya vida apenas estaba comenzando. Estaba “desposada” (comprometida) con José, pero aún no estaba casada. No sabemos la edad de María al momento de sus esponsales, pero de acuerdo con la costumbre judía, ella habría sido adolescente.
Ninguna de estas mujeres esperaba un gran llamamiento del Señor en esa etapa de la vida, pero como el Señor nos lo ha recordado una y otra vez, ¡Él puede utilizar a cualquier persona que sea fiel, sin importar su edad! José Smith recibió la Primera Visión a la edad de catorce años, mientras que Noé subió al arca a la edad de seiscientos años.
¿Qué es lo que el Señor te pide que hagas? Puede que no sea algo tan extraordinario como lo que leemos en los relatos de las Escrituras, pero definitivamente puede cambiar vidas: tu vida y la vida de quienes te rodean.