La semana pasada pedimos historias sobre ocasiones en las que alguien les mostró amor o en las que ustedes demostraron amor a los demás. ¡Y nos ha alegrado enormemente escuchar a muchos de ustedes!
Por ejemplo, Madison, de Australia, nos habló de una experiencia espiritual que tuvo mientras ministraba a su madre.
Un sábado por la mañana, Madison se despertó muy temprano, lo cual era inusual porque le gusta dormir hasta tarde. Tuvo un sentimiento de paz, pero también de tristeza. Al bajar las escaleras, se enteró que su mamá acababa de tener un aborto espontáneo esa mañana.
Madison se sentó y habló con su mamá. Ella le dio un masaje en los hombros y en los pies. Su madre dijo más tarde que el consuelo que Madison le dio le permitió sentir paz y felicidad, incluso en ese momento triste.
Todo eso ayudó a Madison a aprender que ministrar no implica necesariamente un gesto grandioso. Se puede hacer de maneras pequeñas y sencillas, ¡especialmente a quienes están más cerca de nosotros!