Todos estamos aprendiendo los pasos, y la práctica hace al maestro.
Al igual que el baile, la vida implica muchos tropiezos y caídas, y el sentimiento ocasional de que no sabes lo que estás haciendo. Estudiar el Libro de Mormón puede ayudar. Mejora nuestra agilidad espiritual, nos guía a través de los pasos de la vida y nos brinda la confianza para seguir adelante incluso cuando nos equivoquemos.