¿Quién diría que las historias familiares podrían ser tan geniales?
¿Alguna vez has pensado en cómo las historias de tu familia pueden marcar la diferencia en el mundo? ¡Algo tan simple como compartir historias familiares puede conectar corazones y culturas, e incluso difundir el amor de Jesucristo! Por ejemplo…
- Cuando compartimos las historias de nuestra familia, creamos conexiones significativas y aumentamos nuestra comprensión y empatía. Es posible que encuentres similitudes sorprendentes con tus amigos, como tradiciones o dificultades similares. Esas conexiones nos recuerdan que, en el fondo, no somos tan diferentes entre nosotros. ¡Todos somos hijos de Dios!
- Las historias familiares nos permiten conocer diferentes culturas. Cada familia tiene sus propias prácticas, costumbres y celebraciones singulares. Al compartir historias de tu familia, invitas a otras personas a aprender sobre tu legado y a celebrar tu diversidad. Al abrazar y apreciar esas diferencias, te vuelves más comprensivo y amoroso, tal como Cristo nos enseñó.
- ¿Recuerdas el mandamiento de ser testigos de Cristo en todo momento?1 Compartir las historias de tu familia es una manera hermosa de cumplir ese mandamiento. Las historias de tu familia pueden conectar corazones, unir culturas y difundir el amor de Cristo de una manera hermosa. Tus historias pueden dar testimonio del amor, compasión y sacrificio de Cristo, e inspirar a otras personas a buscarlo y a encontrar esperanza.
Escribe alguna historia familiar
Pide a alguno de tus padres o abuelos que te cuente alguna historia sobre tu familia o tu legado. Luego agrégala a FamilySearch, a tu diario… ¡o a ambos!
Notas
1. Véase Mosíah 18:9.