Youth in New Zealand
Vivir el Evangelio

¡La ministración marca la diferencia!

10/09/24 | 1 min de lectura
Solo tienes que preguntarle a Amelia.

¿Recuerdas algún discurso de la conferencia general que haya mencionado la ministración? “Ministrar” significa tender una mano a los demás con amor, ayudarlos con lo que necesitan y asegurarse de que se sientan incluidos.

En ocasiones, se nos pide formalmente por medio de una asignación que ministremos a alguien. Otras veces, puede suceder de forma natural cuando prestamos atención a los que nos rodean.

Amelia, de Nueva Zelanda, se siente agradecida por los amigos y líderes de la Iglesia que la ministraron y ayudaron a su familia a acostumbrarse a asistir a la Iglesia nuevamente.

Se sintió especialmente feliz cuando pudo efectuar bautismos en el templo por su bisabuela, que había fallecido recientemente.

“El gozo que sentí después de haber sido bautizada por ella me demostró que su espíritu estaba allí conmigo”, dijo Amelia.

“También fui bautizada en nombre de algunos de mis otros antepasados, que se remontan a principios de 1800. ¡Hacer esto por ellos me hace muy feliz!”.

Puedes leer más acerca de la historia de Amelia en la revista de octubre de Para la Fortaleza de la Juventud.

Para reflexionar

¿Quién te ha ayudado a sentirte bienvenido en la Iglesia en el pasado? ¿Qué puedes hacer este mes para que las personas se sientan especialmente bienvenidas?
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