A veces, encontrar esperanza requiere un poco de esfuerzo. Las siguientes son algunas formas de buscarla.
1. Busca en el pasado
Recuerda momentos en los que hayas sentido paz y felicidad. Respira profundamente, relájate y trata de volver a ese recuerdo feliz. ¿Qué viste, sentiste, escuchaste u oliste? También puedes recordar algunos momentos difíciles y pensar en cómo superaste dichos momentos.
2. Busca en tu interior
Eres hijo de padres celestiales y un ser eterno. Se te ha bendecido con vida, albedrío y fortaleza. Este momento de la vida es solo una pequeña parte de tu viaje eterno. ¿Qué fortalezas te ha dado Dios? ¿Qué talentos? Cada latido en tu pecho y cada pensamiento en tu mente es evidencia de que hay infinita esperanza para ti.
3. Busca alguien a quien puedas ayudar
“Puede que la razón por la que no tengamos más esperanza sea porque no brindemos suficiente esperanza a los demás”, dijo una vez John H. Groberg, quien fuera líder de la Iglesia. “Si queremos más esperanza, brindemos más esperanza a otras personas; infundamos ánimo”1.
4. Busca buenos ejemplos
Muchas personas han afrontado y superado adversidades tremendas. ¡Probablemente incluso en tu propia familia! Hay estudios que indican que cuando estamos familiarizados con la historia de nuestra familia—la pasada y la presente—, es más probable que seamos resilientes ante la adversidad. Pide a tus padres, abuelos y a otras personas que compartan anécdotas. Y si no sabes mucho sobre tu familia, no hay problema, ¡puedes recolectar las historias de líderes, amigos y otras personas fieles a las que admires y comenzar tu propio legado familiar!
5. Mira al Salvador
Jesucristo es la fuente suprema de esperanza. Debido a Su Expiación, la muerte no es el final; debido a Su Expiación, siempre podemos esperar un futuro mejor. A medida que acudamos a Él al leer Sus palabras y al tratar de seguir Sus enseñanzas, florecerá nuestra esperanza.
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Notas
Encuentra más ayuda relacionada con la esperanza en churchofjesuschrist.org/study/life-help/mental-health?lang=spa.
1. Tomado de “There Is Always Hope” (devocional de la Universidad Brigham Young, 3 de junio de 1984).