A Quick Thought from Come, Follow Me (Genesis 18-23)
Vivir el Evangelio

La vida de Isaac evoca la expiación del Salvador

02/16/22 | 1 min de lectura
(Un pensamiento sobre Génesis 18–23).

Cuando el Señor mandó a Abraham que sacrificara a su hijo, Isaac, fue “una semejanza de Dios y de su Hijo Unigénito” (Jacob 4:5), es decir, un símbolo de la expiación de Jesucristo que se llevaría a efecto muchos años más tarde.

La conexión entre Abraham (casi) sacrificando a Isaac y el Padre Celestial dando a Su Hijo Unigénito es obvia. ¿Qué otras conexiones hay?

  • El Señor le dice a Abraham que lleve a Isaac a “la tierra de Moriah” (Génesis 22:2). Muchos eruditos creen que ese es el mismo lugar donde más tarde se edificó el templo de Jerusalén, lo cual significa que está a poca distancia de donde el Salvador sería crucificado.
  • Cuando Abraham hace que Isaac lleve la leña del holocausto (véase Génesis 22:6), se puede comparar a cuando Jesús tuvo que llevar Su propia cruz (véase Juan 19:17).
  • Isaac pregunta dónde está el cordero que se supone que deben sacrificar, y Abraham le dice: “Dios se proveerá de cordero para el holocausto” (Génesis 22:8). Esto se puede interpretar de dos maneras, ambas verdaderas: “Dios mismo proveerá un cordero” o “Dios se proveerá a Sí mismo como Cordero”. A corto plazo, Dios les da un carnero para sacrificarlo en lugar de Isaac (véase Génesis 22:13). A largo plazo, por supuesto, Jehová mismo vino a la tierra y fue sacrificado en favor nuestro.

¿Puedes encontrar algún otro paralelismo entre Isaac y la expiación de Jesucristo?

¿Qué ofrezco yo?

¿Qué sacrificios haces tú para obedecer a Dios? (Por ejemplo, dedicar tiempo cada domingo para ir a la Iglesia). ¿Qué bendiciones recibes por esos sacrificios?
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