Explora el qué, el dónde y el cómo de esta práctica sagrada.
Cuando “meditamos”, pensamos sinceramente en cosas espirituales, tales como Dios, Su Hijo y cómo encajamos en Su plan. A continuación se incluyen algunos aspectos a tener en cuenta al meditar:
- Elimina las distracciones. Busca un momento y un lugar tranquilos para pensar. Viajar en autobús, estar acostado en la cama por la noche, sentarse en la capilla antes de una reunión o dar un paseo por la naturaleza pueden ser oportunidades para meditar.
- Recuerda el porqué. ¿Sobre qué preguntas o desafíos estás meditando? Mantente concentrado, pero también dispuesto a ir en otra dirección si el Señor te guía a hacerlo. A veces, la revelación llega de maneras inesperadas.
- Prepárate para escribir. Ten a mano un papel y un bolígrafo. Anota ideas e impresiones para que puedas hacer seguimiento más adelante.
Todas estas son sugerencias, no son reglas estrictas que haya que seguir. ¡No hay una sola forma correcta de meditar! Lo importante es que crees un espacio en el corazón y en la mente para que puedas recibir los mensajes de Dios.
Practicar la meditación
Reserva tiempo esta semana para meditar cada día. ¿Qué descubriste?
Nota: Sigue explorando con la lectura del mensaje del hermano Devin G. Durrant, “Mi corazón las medita continuamente”, Conferencia General de octubre de 2015.