¡En FSY hay mucha diversión! Pero para Kaitlyn, el tercer día se puso difícil.
Al despertarse, se sentía muy enferma. Tuvo que descansar la mayor parte del día y se perdió muchas actividades.
“No podía evitar sentir que estaba desaprovechando mi día completamente”, dijo ella. “Me sentía muy decepcionada”.
La coordinadora de salud dijo que si no se sentía mejor al día siguiente, tendría que irse a casa; así que Kaitlyn hizo lo que pudo. Descansó y recibió una bendición del sacerdocio. Los líderes y otras personas de su grupo oraron por ella. Sus padres en casa también pidieron a algunas personas que oraran para que pudiera terminar su experiencia en la conferencia.
“Realmente pude sentir el Espíritu esa noche”, dijo Kaitlyn. “¡Al día siguiente me desperté y me sentía mejor! ¡Me podía quedar! ¡Me sentí tan feliz!”.
La experiencia de Kaitlyn en FSY no fue perfecta, pero la ayudó a acercarse más al Señor.
“Aprendí mucho”, dijo Kaitlyn, “FSY se ha convertido en mi experiencia favorita de todas las que he tenido”.