Dios es perfecto, tiene todo poder y sabe todas las cosas; Él te ama. Su plan es ayudarte a crecer para llegar a ser como Él.
Aquí está el truco: ese plan requiere que seamos desafiados. Sí, así es: ¡necesitamos desafíos!
“Ningún dolor padecido, ninguna prueba experimentada carece de valor”, enseñó el élder Orson F. Whitney. “De cada circunstancia aprendemos algo, contribuye al desarrollo de cualidades tales como la paciencia, la fe, la fortaleza y la humildad. Todo lo que sufrimos y todo lo que soportamos, especialmente cuando lo hacemos con paciencia, edifica nuestro carácter, nos purifica el corazón, nos magnifica el alma y nos hace más sensibles y más caritativos, […] y es mediante los pesares y el sufrimiento que adquirimos la instrucción por la cual vinimos acá”1.
Este video habla de cómo los cambios que Dios tiene en mente para nosotros en ocasiones pueden ser incómodos. ¿Sobre qué desafíos has leído en los relatos de las Escrituras este año? ¿Cómo contribuyeron esas dificultades a que las personas crecieran?
Notas
1. El élder Whitney fue un apóstol entre 1906 y 1931. Citado por Spencer W. Kimball en La fe precede al milagro, 1972, págs. 97–98