El presidente Nelson pide a los Santos de los Últimos Días que “unamos nuestra fe nuevamente” en ayuno el Viernes Santo

Por Jason Swensen, redactor de Church News

  • 4 Abril 2020

El presidente Russell M. Nelson habla durante la sesión del sábado por la noche de la Conferencia General Anual núm. 190, el 4 de abril de 2020.

Puntos destacados del artículo

  • Ayunar y orar este Viernes Santo, el 10 de abril, para que la pandemia se pueda controlar.

“Invito a todos, incluso a los que no sean de nuestra religión, a ayunar y orar este Viernes Santo, el 10 de abril, para que la pandemia actual se pueda controlar, los profesionales de la salud sean protegidos, se fortalezca la economía y la vida se normalice”. —Presidente Russell M. Nelson

Por segunda vez en dos semanas, se llama a los Santos de los Últimos Días y a todas las personas a unirse en un ayuno mundial.

“A todos cuya salud se lo permita, ayunemos, oremos y unamos nuestra fe nuevamente”, dijo el presidente Russell M. Nelson en su discurso del sábado por la noche de la conferencia general. “En espíritu de oración, supliquemos alivio de esta pandemia mundial.

“Invito a todos, incluso a los que no sean de nuestra religión, a ayunar y orar este Viernes Santo, el 10 de abril, para que la pandemia actual se pueda controlar, los profesionales de la salud sean protegidos, se fortalezca la economía y la vida se normalice”.

El presidente Nelson invitó por primera vez a los miembros y otras personas a participar en un ayuno mundial el domingo 29 de marzo, para suplicar al Señor “sanación física y espiritual” en respuesta al COVID-19. Los Santos de los Últimos Días de todo el mundo declararon haber sentido paz, esperanza y unidad al unirse al presidente Nelson y a innumerables personas de todo el mundo para realizar un ayuno histórico el día de reposo.

El sábado por la noche, el Presidente de la Iglesia enseñó que un ayuno habitual lo constituyen dos comidas o un período de veinticuatro horas.

“Pero decidan lo que constituiría un sacrificio para ustedes, al recordar el sacrificio supremo que el Salvador hizo por ustedes”, dijo. “Unámonos en suplicar que haya sanación en todo el mundo.

“El Viernes Santo sería el día perfecto para que nuestro Padre Celestial y Su Hijo nos escuchen”.

El ayuno unificado brinda a los discípulos una valiosa oportunidad de “pon[er] en acción [su] fe en el Señor Jesucristo” en un momento del mundo marcado por el temor a la pandemia y la conmoción.

Los miembros de la Iglesia, por supuesto, observan la ley del ayuno un día al mes. Es una antigua doctrina que se practica desde los días de Moisés, David, Ester, Isaías y Daniel.

En la época del Antiguo Testamento, el Señor dijo: “¿No es más bien el ayuno que yo escogí: desatar las ligaduras de la maldad, soltar las cargas de opresión, y dejar libres a los quebrantados y romper todo yugo?” (Isaías 58:6).

En un reciente video en las redes sociales, el presidente Nelson dijo: “Como médico y cirujano, tengo un gran respeto por los profesionales médicos, científicos y todos los demás que están trabajando las 24 horas del día para detener la propagación del COVID-19”.

Ahora, como Presidente de la Iglesia y Apóstol de mayor antigüedad, él testifica de un Dios misericordioso y omnisciente que ofrece la salvación a todos los que se arrepienten y creen en Él.

“De modo que, en tiempos de profunda aflicción, como cuando una enfermedad alcanza proporciones pandémicas, lo más natural que hacemos es recurrir a nuestro Padre Celestial y a Su Hijo, el Maestro Sanador, suplicando que manifiesten Su maravilloso poder para bendecir a los habitantes de la tierra”.

Wilfred Rosa y su esposa, Idaliz Santiago, pasaron el día de reposo, el 29 de marzo de 2020, ayunando y dedicando tiempo a sus hijos, Alexander, Daniela y Marina. Al igual que muchos miembros de todo el mundo, la familia aceptó la invitación del presidente Russell M. Nelson de ayunar para que se solucione la pandemia de coronavirus.

Pablo, en el Nuevo Testamento, instó a los santos de Corinto a que se “ocupar[an] en el ayuno y la oración” (1 Corintios 7:5), y el Salvador mismo enseñó que ciertas cosas “no sale[n] sino con oración y ayuno” (Mateo 17:21).