Parte 1: “Llamadas a liderar”: La influencia de las presidencias de clase de las Mujeres Jóvenes

Por la hermana Carol F. McConkie, de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes

  • 21 Marzo 2016

“Cuando las líderes de las Mujeres Jóvenes confían en las jovencitas, determinan altas expectativas y las capacitan para cumplir con éxito su llamamiento, ellas ayudan a las mujeres jóvenes a llegar a ser líderes fieles que amarán al prójimo y las acercarán a Cristo en la Iglesia, la comunidad y el hogar”, dijo la hermana Carol F. McConkie.

Puntos destacados del artículo

  • Ayuda a que los líderes de los jóvenes entiendan la confianza y la responsabilidad que tienen con los llamamientos de liderazgo.
  • Mantén expectativas altas pero bondadosas para las jóvenes en posiciones de liderazgo.
  • Dedica tiempo con las presidencias de clase para estudiar los principios de liderazgo en el Manual 2.

“La preparación espiritual en el servicio y amar a los que enseñamos son dos principios que invitan al Espíritu del Señor y bendicen los esfuerzos de las mujeres jóvenes para liderar”. —Carol F. McConkie, de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes

Este artículo es el primero en una serie sobre las presidencias de clase.

Uno de los atributos más importantes que un líder con un llamamiento de la Iglesia puede adquirir es prestar servicio a los demás como el Salvador lo hizo, con humildad y caridad. El Salvador enseñó: “El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor; y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo” (Mateo 20:26–27). Con amor cristiano y el ejemplo de ellos de discipulado, los líderes llamados ayudan a las demás personas a llegar a ser “discípulos verdaderos de… Cristo” (Moroni 7:48) por medio de liderar a la manera del Salvador.

Las mujeres jóvenes que prestan servicio en las presidencias de clase son llamadas a liderar y tener ciertas responsabilidades en conexión con sus llamamientos. En el Manual 2: Administración de la Iglesia, 2010, 10.3.5, encontramos la siguiente lista de deberes específicos de las presidencias de clase:

• Velan por las integrantes de la clase… especialmente [por] aquellas que son miembros nuevos o menos activas, y [por] aquellas… [con] necesidades especiales. Oran por ellas, pasan tiempo con ellas y llegan a ser verdaderas amigas.

• Ayudan a los miembros de la clase a entablar amistades, aprender técnicas de liderazgo y vivir el Evangelio.

• Ayudan a cada mujer joven a saber que es bienvenida.

• Apoyan los esfuerzos de los miembros de la clase en el programa del Progreso Personal.

• Realizan reuniones regulares de presidencia de clase.

• Dirigen las reuniones dominicales de sus clases.

• Ayudan a planear actividades, incluyendo la Mutual.

• Las presidentas de clase sirven en el comité del obispado para la juventud.

Las líderes de las Mujeres Jóvenes son llamadas para enseñar a las presidencias de clase las aptitudes de liderazgo y los atributos para cumplir con estas responsabilidades. Ellas se podrían preguntar a sí mismas: “¿Qué estoy haciendo para capacitar a las jovencitas a cumplir con sus deberes?”. “¿Tienen ellas oportunidades significativas para servir plenamente en sus llamamientos?”. Las líderes de las Mujeres Jóvenes son llamadas para ayudar a las jovencitas a aprender a liderar a la manera del Salvador.

Hace algunos años, el hermano Tad R. Callister, Presidente General de la Escuela Dominical, enseñó que los líderes pueden poner en práctica tres principios básicos para ayudar a los jóvenes a cultivar habilidades de liderazgo como las de Cristo (Véase “El poder del sacerdocio en el joven”, Liahona, mayo de 2013). Me gustaría aplicar esos mismos principios a las Mujeres Jóvenes.

1. Confiamos en ellas

Hace poco, en una reunión de capacitación de la organización auxiliar de Mujeres Jóvenes de estaca, se escuchó a una líder decir: “Cuando nos apoderamos de las responsabilidades de nuestras presidencias de clase, en esencia, las estamos relevando y no tenemos el derecho de hacerlo”. ¡Esa líder de las Mujeres Jóvenes estaba en lo correcto!

Las jovencitas, que son llamadas y apartadas como miembros de la presidencia de clase, han sido llamadas por revelación. Bajo la guía del obispo, quien posee las llaves del Sacerdocio en el barrio, se ha impuesto las manos sobre la cabeza de cada mujer joven y se las ha apartado para llevar a cabo deberes específicos en la obra de salvación. El élder Dallin H. Oaks lo explicó de manera hermosa: “Quienquiera que funcione en un oficio o llamamiento recibido de alguien que posea llaves del sacerdocio, ejerce autoridad del sacerdocio al desempeñar los deberes que se le hayan asignado” (“Las llaves y la autoridad del sacerdocio”, Liahona, mayo de 2014). Una mujer joven llamada y apartada para servir en una presidencia de clase funciona en su llamamiento con la autoridad del sacerdocio delegada.

Los líderes ayudan a las jovencitas a comprender el poder, la bendición y la responsabilidad de la autoridad de ellas. Cada jovencita es llamada por Dios mediante la revelación. El Señor y el obispo la han sostenido y han confiado en ella. Las líderes de las Mujeres Jóvenes pueden asegurarse de que cada jovencita, que ha sido llamada a servir, sabe y comprende la fuente de su llamamiento y que se le ha confiado una gran responsabilidad.

2. Tenemos elevadas pero amorosas expectativas en ellas

“El esfuerzo de los [líderes de los jóvenes] se eleva o decae de acuerdo con el nivel de expectativas que [tengan sus líderes]… Si lo único que esperamos de ellos es que dirijan los [ejercicios de apertura] y asistan a los comités del obispado para la juventud, eso es todo lo que harán. Pero ustedes, los líderes, pueden darles una visión más amplia: la visión del Señor. ¿Y por qué es la visión algo tan crucial? Porque al ampliarse la visión, aumenta la motivación” (Tad R. Callister, “El poder del sacerdocio en el joven”, Liahona, mayo de 2013).

¡Debemos permitirles que lideren! También esa misma presidenta de las Mujeres Jóvenes de estaca enseñó: “¡No hay recompensa para el fracaso!”. Les permitimos que hagan las cosas difíciles; no las hacemos por ellas. Demostramos amor, las alentamos y les enviamos un recordatorio por medio de un mensaje de texto sobre la recompensa. Les ayudamos a comprender que tienen el derecho a recibir revelación y que a medida que se acerquen al Espíritu Santo, recibirán impresiones de Él. Al reconocer y actuar de acuerdo con esas impresiones, ellas adquirirán confianza y presenciarán milagros en la obra de salvación.

A veces quizás ellas fracasen, pero nosotras les ayudaremos a aprender de aquellas experiencias y que hagan su mejor esfuerzo la siguiente vez. Sin embargo, con ayuda a lo largo del trayecto, los padres y los líderes las verán elevarse y tomar su lugar en el Reino de Dios como las presidencias de clase.

3. Capacitamos y volvemos a capacitar a las jovencitas para que cumplan las expectativas con excelencia

Para ayudar a las jovencitas a llegar a ser líderes exitosas, las líderes de las Mujeres Jóvenes ayudan a cada miembro de la presidencia de clase a aprender y practicar las aptitudes de liderazgo y atributos. Las lecciones de liderazgo para las presidencias de clase llamadas “Liderar a la manera del Salvador”, enseñan los principios básicos de liderazgo que se encuentran en el Manual 2, capítulo 3: prepararse espiritualmente, deliberar en consejo, ministrar a los demás y enseñar el Evangelio. Las dieciocho lecciones son breves, aproximadamente cinco minutos de duración cada una, y se pueden enseñar como parte de una reunión regular de presidencia de clase o en otras situaciones por un líder adulto o por una miembro de la presidencia de clase.

Las lecciones de liderazgo enseñan habilidades específicas, como crear unidad en una presidencia de clase y cómo hacer y utilizar una agenda. Las lecciones sobre cómo ministrar a una jovencita y a su familia y dar un ejemplo cristiano ayuda a las mujeres jóvenes a aprender a fortalecer cada miembro de la clase. La preparación espiritual en el servicio y amar a los que enseñamos son dos principios que invitan al Espíritu del Señor y bendicen los esfuerzos de las mujeres jóvenes para liderar.

Cuando las líderes de las Mujeres Jóvenes confían en las jovencitas, determinan altas expectativas y las capacitan para cumplir con éxito su llamamiento, ellas ayudan a las mujeres jóvenes a llegar a ser líderes fieles que amarán al prójimo y las acercarán a Cristo en la Iglesia, la comunidad y el hogar.

Otros artículos en la serie

Parte 2: La preparación espiritual es fundamental para las líderes de las Mujeres Jóvenes

Parte 3: Vengan ahora y razonemos juntas

Parte 4: Ministrar a los demás es un mandamiento y convenio