Comience por planificar con detenimiento para asegurarse de que las actividades logren propósitos centrados en el Evangelio y satisfagan las necesidades de los que participen en ellas.
- Planificar actividades apropiadas según la edad.
- Planificar eventos y actividades acordes con los niveles de aptitud física de los líderes y los jóvenes. Considere detenidamente los factores de riesgo médico de cada persona.
- Antes de llevar a cabo una actividad, los líderes deben instruir a todos los participantes acerca de las prácticas de seguridad correspondientes a ella.
- Los líderes y los jóvenes deben conocer y acatar todas las leyes y normas de seguridad pertinentes a la actividad o al lugar.
En el caso de las actividades auspiciadas por la Iglesia que requieran pasar la noche fuera de casa, viajar fuera del área local o que presenten riesgos superiores a lo habitual, los líderes deben utilizar el Plan de eventos y actividades de la Iglesia y el Formulario de permiso y autorización para dar atención médica.
Las actividades con mayor riesgo de lo común, tales como los circuitos de cuerdas, las tirolesas [tirolinas], el descenso en balsa en aguas rápidas [“rafting”], las escaladas, el rapel, la natación o las actividades de tiro pueden requerir la planificación adicional de paliativos para reducir los riesgos o posibles lesiones.
A fin de minimizar la posibilidad de lesiones o enfermedades durante las actividades, determine la necesidad de guías profesionales o de personas con las capacitación o certificación correspondiente para ayudar a planificar la actividad y acompañar al grupo. Considere también la preparación y capacitación de los participantes antes de la actividad. Los líderes del sacerdocio y de las actividades deben consultar con regularidad el capítulo 20 del Manual General para conocer las pautas de seguridad. Se pueden encontrar pautas de seguridad adicionales en el documento Principios clave para actividades seguras.