El juramento y el convenio del sacerdocio es relevante para las mujeres

Queridas hermanas:

¿Se han preguntado alguna vez cómo el juramento y el convenio del sacerdocio afecta la vida de una mujer? Yo lo he hecho. En un día encantador del mes de agosto pasado, tuve una conversación única con el presidente Russell M. Nelson en Harmony, Pensilvania. Hablamos sobre lo que significa el juramento y el convenio del sacerdocio y cómo bendice nuestras vidas. El presidente Nelson dijo que, habiendo vivido más de 90 años, él ha sido bendecido incluso con “la renovación de [su cuerpo]” (Doctrina y Convenios 84:33). Bendiciones como esta provienen del juramento y el convenio del sacerdocio y las disfrutan tanto las mujeres como los hombres.

A través de esa conversación y mi estudio personal, aprendí que aunque el juramento y el convenio del sacerdocio, tal como se encuentra en Doctrina y Convenios 84, habla directamente a los hombres ordenados al oficio del sacerdocio, muchas de las promesas y bendiciones que allí se dan también se aplican a las mujeres que guardan los convenios.

Al servir en llamamientos de la Iglesia, así como en mi familia —ambos son partes de la obra de nuestro Padre— muchas veces he experimentado el cumplimiento de la promesa del Señor que se encuentra en Doctrina y Convenios 84:88 que indica: “[Q]uienes os reciban, allí estaré yo también, porque iré delante de vuestra faz. Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mi Espíritu estará en vuestro corazón, y mis ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros”.

Es importante que las mujeres comprendan que nosotras también seremos bendecidas para recibir “todo lo que [nuestro] Padre tiene” al recibir, prestar atención y escuchar a los siervos del Señor (Doctrina y Convenios 84:38).

Las aliento a que estudien y conozcan la forma en que el juramento y el convenio del sacerdocio las bendice a ustedes y a sus seres queridos. Toda mujer que hace convenios con Dios y los guarda, y que participa dignamente en las ordenanzas del sacerdocio, tiene acceso directo al poder de Dios.

Espero con ansias escuchar lo que están aprendiendo sobre el sacerdocio y las bendiciones que ustedes reciben en sus vidas como resultado de ello.

Jean B. Bingham