Quedaos tranquilos, y sabed que yo soy Dios

Devocional del SEI para Jóvenes Adultos • 4 de mayo de 2014 • San Diego, California


 

Mis queridos jóvenes y jovencitas; me complace hablarles desde San Diego, California, en este devocional del SEI. Damos la bienvenida a todos los jóvenes adultos, incluyendo a los estudiantes de secundaria. Estamos contentos de que estén hoy con nosotros. También damos la bienvenida a todos los ex misioneros. ¡La Iglesia y el Señor les agradecen su servicio!

Por último, damos la bienvenida a todos los futuros misioneros. El Señor necesita mujeres y hombres jóvenes rectos para ayudarlo a recoger a Israel y preparar al mundo para Su segunda venida.

Quiero que sepan que el Señor los ama y confía en ustedes. La Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles creen en ustedes y oran por ustedes; son el futuro de la Iglesia, y el Señor tiene muchas bendiciones maravillosas para ustedes.

Permítanme hacer hincapié en ese punto: Ustedes dirigirán la Iglesia en 20 o 30 años. Algunos serán obispos; presidentes de estaca; presidentes de misión; de la Primaria, Mujeres Jóvenes y Sociedad de Socorro; y presidentes de templo y directoras de las obreras. Sí, al alcance de mi voz están aquellos que es más probable que lleguen a ser líderes en las comunidades y naciones, miembros de presidencias generales o incluso Setenta Autoridad General o miembro del Quórum de los Doce Apóstoles.

¡No saben el extraordinario futuro que les espera!

Líderes de la Iglesia

He oído a la gente decir que los líderes de la Iglesia no viven en la realidad. Se olvidan que somos hombres y mujeres de experiencia y que hemos vivido en muchos lugares y trabajado con personas de diferentes antecedentes. Nuestras asignaciones actuales nos llevan a todo el mundo, donde conocemos a los líderes políticos, religiosos, de negocios y humanitarios de todos los lugares. Aunque hemos visitado la Casa Blanca en Washington, D.C. y a los líderes de las naciones, también hemos visitado los hogares más humildes de la tierra, donde hemos conocido y hemos ministrado a la gente pobre.

Si consideran nuestra vida y ministerio, reconocerán que vemos y experimentamos el mundo como pocos lo hacen; se darán cuenta de que sabemos más de lo que sucede en el mundo que lo que sabe la mayoría de las personas.

Otros dicen que somos muy mayores; es cierto que nueve de los Apóstoles son mayores de 80 años; yo tengo 85.

No obstante, la sabiduría personal y combinada de las Autoridades Generales debería brindarles cierta confianza. Hemos pasado por todo, incluso las consecuencias de diferentes leyes y pautas públicas, así como desilusiones, tragedias y muerte en nuestra propia familia; entendemos por lo que ustedes están pasando.

Permítanme también recalcar que ninguno de los Doce es tímido; cada uno tenemos fuertes personalidades, de modo que cuando somos unidos en una decisión, pueden estar seguros de que hemos deliberado y llegado a esa decisión después de mucha oración y debate minucioso.

Mis nietos incluso piensan que soy “genial”, como dicen ellos. He oído que algunos jóvenes adultos solteros dicen que soy “chévere”. ¡Espero que sea bueno ser “chévere”!

Tenemos la energía de los jóvenes, y el Señor nos bendice para adelantar Su obra de maneras extraordinarias. Hablaré sobre tres temas importantes: uno, el uso de la tecnología; dos, combatir la pornografía; y tres, la doctrina del matrimonio. Tres temas muy importantes de actualidad.

1.  El uso de la tecnología

Primero, el uso de la tecnología. En 2007 y 2008, me dirigí a los graduados de BYU Hawaii y BYU-Idaho. En esas ocasiones, dije: “No podemos permanecer pasivos mientras que otros, incluso nuestros críticos, tratan de definir lo que la Iglesia enseña”1. Los exhorté a utilizar los adelantos en la tecnología para participar en la comunicación mundial sobre la Iglesia. Consideré que estaba al corriente cuando sugerí que compartieran sus opiniones en blogs. Desde entonces, han surgido Facebook, Twitter, Pinterest, YouTube, Google+, Instagram y luego mi secretaria me dijo, justo cuando me marchaba, algo de Snapchat. ¡Caray! Parece que el mundo de la tecnología no permanece quieto ni siquiera unos minutos.

¡Mi teléfono celular es asombroso! ¡Los teléfonos inteligentes saben mucho! Nos proporcionan muchas oportunidades maravillosas, tales como acceder a información, obtener direcciones con mapas, compartir fotos y mensajes, e incluso hablar con alguien de vez en cuando.

El mundo moderno en el que vivimos cambia siempre, lo que puede ser bueno y no tan bueno.

Diferencias entre el pasado y el presente

Desde los días de Adán y Eva, hasta los días de José y Emma Smith, el mundo cambiaba lentamente de una generación a otra.

La gente que vivió en el pasado disfrutó una abundancia de luz celestial natural y cómoda oscuridad, sin las farolas en las calles, luces en los autos, y la contaminación de luz artificial en las ciudades del mundo. En las ciudades de hoy día, es casi imposible ver el cielo por la noche como lo hicieron Abraham, Moisés, Ruth, Elisabeth, Jesús, y los primeros miembros de la Iglesia.

También disfrutaron el silencio natural donde pocos sonidos creados por el hombre interrumpían sus días y noches. El ruido actual de automóviles, aviones y lo que algunos de ustedes llaman música ha sofocado totalmente el mundo natural. (Tienen que entender, a los de mi generación, lo que ustedes piensan que es música y lo que yo pienso que es música; pensamos muy diferente) No se puede ir a un restaurante sin que haya música de ambiente; incluso en los bosques aislados del mundo a veces rompe el silencio el vuelo de un avión en el espacio.

Por último, la gente de épocas anteriores disfrutaron del silencio de maneras que no nos imaginamos en nuestro mundo aglomerado y ocupado de hoy. Incluso al estar solos hoy en día, se puede estar conectado con dispositivos portátiles y televisores para mantenernos entretenidos y ocupados.

Como Apóstol, ahora les hago una pregunta: ¿Disponen de tiempo de quietud personal? Me he preguntado si los que vivieron en el pasado tuvieron más oportunidades de las que tenemos hoy en día para ver, sentir y experimentar la presencia del Espíritu en sus vidas.

Asimismo, a medida que nuestro mundo aumenta en luz, ruido y ajetreo, nos es más difícil sentir el Espíritu. Si la vida de ustedes carece de tiempo de quietud, ¡empiecen a buscar un poco de tiempo esta noche!

Consejo profético

Es importante permanecer quietos y escuchar y sentir el Espíritu. Simplemente tenemos demasiadas distracciones, como ningún otro tiempo de la historia.

Todos necesitamos tiempo para meditar y reflexionar; incluso el Salvador del mundo, durante Su ministerio terrenal, se dio tiempo para hacerlo: “Y después de haber despedido a la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo”2.

Todos necesitamos tiempo para resolver nuestras dudas o para tener una entrevista personal con nosotros mismos. A menudo estamos demasiado ocupados y el mundo es tan ruidoso que es difícil “[quedar] tranquilos y [saber] que yo soy Dios”3.

Los dispositivos móviles, como los teléfonos inteligentes, son una bendición, pero a la vez nos distraen de “la voz apacible y delicada”. Esos aparatos deben ser nuestros siervos, no nuestros amos. Por ejemplo, si más tarde comparten ideas inspiradoras de este devocional en las redes sociales, su teléfono será un siervo; si navegan al azar en internet, su teléfono será su amo.

Recuerden lo que aprendió Elías el profeta: “Jehová no estaba en el viento… Jehová no estaba en el terremoto… Jehová no estaba en el fuego”, pero Jehová habló con “una voz apacible y delicada”4.

Nuestro uso de la tecnología

Otra pregunta: Sinceramente, ¿cuánto tiempo pasan al día con su teléfono celular o tableta, sin incluir la escuela o el llamamiento de la Iglesia?

Su uso es apropiado y son una bendición; no obstante, cuando los teléfonos inteligentes empiezan a interferir con las amistades y la familia y, sobre todo, con Dios, debemos hacer un cambio. Para algunos de ustedes, el ajuste será leve; para otros, será considerable.

Me preocupa que el uso excesivo para comunicarse por medio de las redes sociales mencionadas esté reemplazando la conversación directa con otra persona y con nuestro Padre Celestial y de pensar en las cosas que son más importantes en la vida.

Muchas veces, los jóvenes están en la misma habitación con familiares y amigos pero están ocupados comunicándose con alguien que no está allí presente, perdiendo la oportunidad de conversar con esas personas. Cuando eso suceda, ¡tal vez ustedes deberían salir de la habitación y enviar a esas personas un mensaje de texto para captar su atención!

Lo que aprendí más en mi vida ocurrió al escuchar a aquellos que tenían más experiencia, los que habían vivido más y aprendido muchas cosas importantes que yo necesitaba saber. Por favor aprovechen conversar y hablar con sus padres, tías y tíos y abuelos mientras están en vida.

Me preocupa también que algunos revisan su correo electrónico, Facebook, Twitter, o Instagram, o envían mensajes durante la reunión más importante de la Iglesia restaurada de Jesucristo: nuestra sagrada reunión sacramental. En esta importante reunión deberíamos centrarnos en el Señor mediante las oraciones, el canto de himnos, y al tomar los emblemas de Su cuerpo y sangre en vez de conectarnos a nuestros dispositivos móviles. No se pueden conectar al Espíritu durante la presentación de la Santa Cena mientras leen o envían mensajes en su teléfono o tableta. Esa conexión requiere la Luz de Cristo, que influye en sus pensamientos y en su corazón con potente amor y devoción.

Sé que muchos de ustedes tienen las Escrituras y otros recursos de la Iglesia en sus teléfonos y tabletas, y he oído que algunos padres y líderes de la Iglesia están preocupados por esta nueva tecnología, pero yo no.

La Iglesia siempre ha adoptado avances en la tecnología para adelantar la obra del Señor. Empezamos a enviar a nuestros misioneros en barcos de vela en los años de 1830, pero adoptamos los adelantos que brindaban los barcos a vapor en 1860. Después adoptamos las aerolíneas como el mejor medio para que nuestros misioneros llegaran a sus asignaciones en la década de 1960.

La historia se repite de maneras interesantes, En el pasado, Israel preservó las palabras de los profetas en rollos; después, los primeros cristianos adoptaron el códice, o sea la versión del libro moderno.

Y ahora, dos mil años después, ustedes, los jóvenes, están leyendo sus Escrituras en teléfonos inteligentes o tabletas, tal como lo hizo Jesús cuando en Nazaret se le dio un rollo de Isaías para leerlo. Ustedes también pueden leerlas5, pero por favor no lo hagan durante la Santa Cena. Seguramente, durante esos minutos, pueden centrarse en la expiación del Salvador al procurar tener el Espíritu del Señor durante la semana siguiente; y consideren poner su teléfono inteligente o tableta en formato para viajar en avión, de ese modo todavía tendrán las Escrituras, los discursos de conferencias generales, el himnario y los manuales pero sin la distracción de mensajes de textos o avisos automáticos.

Refugio contra la tempestad

Además de darnos tiempo para meditar y reflexionar, también necesitamos encontrar un lugar, como se menciona en Doctrina y Convenios, que sea “para defensa y para refugio contra la tempestad”6.

Necesitamos un lugar especial de refugio donde estemos libres de la distracción de los dispositivos electrónicos al desconectarlos para poder conectarnos al Espíritu de Dios.

Uno de los mejores lugares para conectarnos con el Espíritu es en el templo: la casa del Señor. Lo mismo se puede decir de los demás edificios dedicados de la Iglesia, incluidos los salones de seminario e instituto. Podemos encontrar refugio en nuestras casas o apartamentos si sencillamente apagamos todo y permanecemos quietos y sabemos de las cosas de Dios.

Para ayudarnos a descubrir el mundo donde Adán y Eva, Abraham y Sara, y José y María encontraron a Dios, y para ayudarnos a encontrar un lugar para sentir y oír la voz del Señor hoy día, los invito a ir al templo seguido y a apagar y guardar sus teléfonos antes de entrar en los terrenos del templo.

En todas las ordenanzas de la casa del Señor, oirán bellas palabras y promesas que el Señor da a Sus hijos. Es el único lugar donde pueden oír esas bellas e inspiradoras palabras.

Si no reúnen los requisitos para tener una recomendación para el templo, visiten sus jardines. Permítanme aclarar algo en caso de que nunca lo hayan oído: Nada impide que ustedes o cualquier otra persona visite los jardines del templo. El Señor quiere que se preparen para ser dignos de tener una recomendación e ir al templo lo antes posible. El caminar por los terrenos plantará en su corazón el deseo de tener una recomendación y asistir al templo con regularidad.

Satanás, por otro lado, no quiere que vayan al templo ni que estén bajo la sombra de un templo. Él quiere que eviten siquiera estar cerca de uno, porque el templo es la casa del Señor.

Les aseguro que al ir al templo o visitar los jardines, andarán en terreno sagrado, tal como lo hicieron los antiguos antepasados. Ellos estaban centrados en su trayecto eterno y en lo más importante de la vida. Al igual que ellos, ustedes también se pueden centrar en sentir el poder y la presencia del cielo.

Si lo desean, pueden oír la voz suave y apacible del Espíritu en el templo o sus sagrados terrenos de maneras que nunca lo harán en un centro comercial, en restaurantes o en lugares públicos. De hecho, descubrirán que el templo es un lugar maravilloso para recibir respuesta a sus oraciones.

Hace poco, el presidente Thomas S. Monson dedicó el Templo de Gilbert, Arizona. Durante la oración dedicatoria, suplicó al Señor: “Que Tu Santo Espíritu more aquí, y que todos los que entren a este edificio sientan Su influencia”. Además, suplicó: “Rogamos que ésta, Tu casa, sea un santuario de serenidad, un refugio de las tormentas de la vida y del ruido del mundo. Que sea una casa de serena contemplación acerca de la naturaleza eterna de la vida y Tu plan divino para nosotros”7.

Todos los templos dedicados al Señor son “un santuario de serenidad, un refugio de las tormentas de la vida y del ruido del mundo… [y] una casa de serena contemplación”.

La oposición

El mundo en el que vivimos se aleja cada vez más de las enseñanzas de Cristo y de sus leyes y costumbres. Como resultado, Satanás se esfuerza mucho por confundir a los hijos e hijas de Dios e impedir a los elegidos que cumplan su deber y reciban una plenitud de las bendiciones de Dios.

Satanás quiere que dejen de practicar los buenos hábitos que aprendieron en casa, en seminario e instituto y en su misión, como el estudio diario de las Escrituras, orar a diario, participar dignamente de la Santa Cena cada semana, y prestar servicio sincero y de corazón. También quiere que permanezcan al margen de las importantes y cruciales batallas actuales.

Recuerden, estamos en guerra, pero no una guerra de rifles y balas. No obstante, la guerra es real, con muchas víctimas. De hecho, es una continuación de la guerra que empezó en el mundo de los espíritus.

Pablo nos invitó a ponernos “toda la armadura de Dios”. Él dijo: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes”8.

Como uno de los Apóstoles del Señor Jesucristo, les invito a que se pongan “toda la armadura de Dios” y se unan hoy a la batalla, como lo hicieron los hijos de Helamán hace muchos años. No esperen hasta que se casen o empiecen su profesión o envejezcan. La Iglesia necesita a nuestros jóvenes ahora; ¡el Señor los necesita ya!

Recordarán que los dos mil jóvenes guerreros “hicieron un convenio de luchar por la libertad de los nefitas”9. La Iglesia necesita jóvenes guerreros modernos que hayan hecho el convenio de “ser testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar”10.

En el Libro de Mormón se describe así a esos jóvenes guerreros:

“Y todos ellos eran jóvenes, y sumamente valientes en cuanto a intrepidez, y también en cuanto a vigor y actividad; mas he aquí, esto no era todo; eran… fieles a cualquier cosa que les fuera confiada.

“Sí, eran hombres verídicos y serios, pues se les había enseñado a guardar los mandamientos de Dios y a andar rectamente ante él”11.

Ustedes, jovencitas y jovencitos, son las hijas y los hijos modernos de Helamán. Que lo que se dijo de ellos se diga de ustedes: “…se tornaron, en esta ocasión, en un fuerte apoyo”12.

2. Combatir la pornografía

Segundo, todos debemos apoyar la lucha contra la pornografía, la terrible plaga que se extiende por el mundo. Pongan atención a lo que digo al explicar un ejemplo de la sabiduría del Señor.

Hace más de 180 años, el Señor reveló Su ley de salud, incluso una advertencia sobre el uso del tabaco13. Millones de personas escucharon al Señor, pero muchos no. En aquel tiempo nadie sabía, ni cuando yo tenía la edad de ustedes, los efectos de fumar. Hoy, tras décadas de investigación científica, sabemos el efecto que fumar tiene en el cáncer pulmonar y otras enfermedades mortales. La Palabra de Sabiduría del Señor fue una bendición de protección.

De igual manera, el Señor nos ha advertido en cuanto a los efectos de la pornografía. Millones de personas siguen fielmente el consejo del Señor, mientras que muchos no. No tenemos que esperar 180 y ni siquiera diez años para descubrir los efectos devastadores de la pornografía ya que la investigación científica actual ha revelado que la pornografía atrofia a los jóvenes de varias maneras y perjudica la posibilidad de que un día tengan una relación matrimonial amorosa y perdurable.

Los estudios también demuestran que el uso frecuente de pornografía puede llevar a conductas obsesivas y a alterar la función cerebral de la persona y atraparla en la adicción.

También se ha verificado que la pornografía fomenta expectativas irreales y presenta información falsa sobre las relaciones íntimas humanas sanas.

Y lo que es más peligroso, la pornografía predispone a ver a las demás personas como objetos a los que se puede tratar con indiferencia y falta de respeto, tanto emocional como físicamente.

Otro aspecto de la pornografía es que por lo general es una actividad “secreta”. Los que la usan a menudo ocultan su uso o al menos le restan importancia ante todos, incluso sus parejas románticas y cónyuges. Los estudios han revelado que cuando las personas participan en este tipo de encubrimiento, cuando hacen cosas de las que no están orgullosos y las mantienen ocultas de sus familiares y amigos, no sólo daña su relación y los hace sentir solos, sino que los hace más vulnerables a la depresión, la baja autoestima, y la ansiedad. El guardar secretos daña la confianza.

Ante todo, debemos evitar la pornografía porque es mortal; mata las relaciones sinceras y de afecto, destruye matrimonios y familias; destruye el espíritu de la persona que la consume tan ciertamente como el veneno más potente mata el cuerpo y la mente.

Mis queridos jóvenes amigos, no sean engañados. No piensen que tan pronto como se vayan a la misión o se casen pueden dejar este comportamiento adictivo. Si están inmiscuidos en ella ahora mismo, si están atrapados en esta práctica, busquen ayuda espiritual. Pueden vencer la pornografía con la ayuda del Señor. ¡No esperen! ¡Les ruego que lo dejen! Hay muchos recursos en LDS.org que sobrepujará la oscuridad de las imágenes pornográficas.

Son días llenos de desafíos, pero no más que los días de Helamán y sus jóvenes guerreros cuando se aprestaron para defender a sus familias y la Iglesia. Éste es el momento para dar un paso adelante y unirse a las filas de otros jóvenes y jovencitas rectos y dedicados para luchar la batalla contra la pornografía.

3. La doctrina del matrimonio

El tercer tema que quiero que entiendan es la doctrina del matrimonio tal como la reveló un amoroso Padre Celestial en las Escrituras y en “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”. Ese documento inspirado dice: “La familia es ordenada por Dios. El matrimonio entre el hombre y la mujer es esencial para Su plan eterno. Los hijos merecen nacer dentro de los lazos del matrimonio y ser criados por un padre y una madre que honran sus votos matrimoniales con completa fidelidad”14.

A los Apóstoles se les ha dado la responsabilidad de ser atalayas en la torre para ver y enseñar las doctrinas de Cristo. Todos ustedes saben que en la actualidad la definición tradicional del matrimonio está bajo ataque. Hay quienes están configurando el debate en el contexto de los derechos civiles. La Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles explicaron la postura y la doctrina de la Iglesia sobre el propósito y el plan de Dios para que Sus hijos procreados en espíritu disfruten la vida terrenal, lo cual es esencial para nuestra vida perdurable y eterna.

Supongo que muchos tal vez no hayan leído la declaración que se emitió a principios de año. Cito de la declaración y les pido que escuchen atentamente:

“Los cambios en la ley civil no modifican, ni pueden cambiar la ley moral que Dios ha establecido. Dios espera que defendamos y guardemos Sus mandamientos pese a las opiniones o tendencias divergentes de la sociedad. Su ley de castidad es clara: las relaciones sexuales son correctas únicamente entre un hombre y una mujer que estén legal y lícitamente casados como esposo y esposa. Los exhortamos a que analicen y enseñen a los miembros de la Iglesia la doctrina que se encuentra en ‘La Familia: Una Proclamación para el Mundo’.

La declaración sigue:

“Así como quienes fomentan el matrimonio entre personas del mismo sexo tienen derecho a que se les trate con cortesía, lo mismo es válido para aquellos que se oponen a dicho matrimonio…

“Como miembros de la Iglesia, somos responsables de enseñar el evangelio de Jesucristo y de hacer notar las grandes bendiciones que se derivan del prestar atención a los mandamientos de Dios, así como las consecuencias inevitables que resultan al pasarlos por alto. Los invitamos a orar para que a las personas de todas partes se les ablande el corazón hacia las verdades del Evangelio, y para que se conceda sabiduría a quienes sean llamados a decidir asuntos que son importantes para el futuro de la sociedad”15.

Sé que aman y apoyan al Señor y que sostienen a Sus profetas, pero también sé que algunos quizás estén confusos en cuanto a lo que significa la decisión de la Iglesia de sostener el plan revelado de Dios para Sus hijos.

Sé también que algunos jóvenes tienen problemas para entender la forma de explicar la doctrina relacionada con la familia y el matrimonio y seguir siendo bondadosos, amables y cariñosos hacia los que piensan de manera diferente. Tienen temor de que se les considere fanáticos e intolerantes.

Quizás conozcan a alguien que lucha con atracción hacia personas del mismo sexo o que haya decidido vivir en una relación homosexual. El amor que sientan por esa persona como hijo o hija de Dios puede crear una lucha interna mientras se esfuerzan por amar y apoyar a esa persona y al mismo tiempo defender el eterno plan de felicidad del Señor.

Permítanme aclarar: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cree que “la experiencia de la atracción entre personas del mismo sexo es una complicada realidad para muchas personas. La atracción en sí no es pecado, sino el actuar según esos sentimientos. Aunque las personas no eligen tener esas atracciones, sí eligen cómo responder a ellas. Con amor y comprensión, la Iglesia tiende la mano a todos los hijos de Dios, incluso [a aquellos que sienten atracción hacia personas del mismo sexo]”16.

La Iglesia no enseña ni fomenta el rechazo de esas personas ni el comportarse de manera poco caritativa. Debemos amar a los demás y esforzarnos por ayudarlos a comprender que nadie debe ignorar o despreciar los mandamientos de Dios.

Un testimonio y una advertencia

Por último, en “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, la Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles declararon: “Advertimos que las personas que violan los convenios de castidad, que maltratan o abusan de su cónyuge o de sus hijos, o que no cumplen con sus responsabilidades familiares, un día deberán responder ante Dios. Aún más, advertimos que la desintegración de la familia traerá sobre las personas, las comunidades y las naciones las calamidades predichas por los profetas antiguos y modernos”17.

Yo soy uno de los que se unió a esa advertencia. Como uno de los atalayas en la torre, soy responsable de “[tocar] la trompeta y [avisar] al pueblo”18. Esta tarde he sido audaz y he levantado la voz de amonestación; lo hago porque los amo y quiero que entiendan que debemos dar la cara al Señor y guardar Sus mandamientos. Ése es mi deber.

Las buenas nuevas

La amonestación del Señor viene también con la invitación de venir a Él. Nuestro Padre Celestial conocía las consecuencias de vivir en un mundo caído, por lo que proporcionó un Salvador, un “Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” por Sus hijos19. En el evangelio de Juan, dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna”20.

Por favor recuerden que el Evangelio es las “buenas nuevas”. Es un mensaje de esperanza. Si están en problemas, busquen ayuda. El Señor es misericordioso y piadoso.

El apóstol Pablo enseñó:

“¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?…

“Antes bien, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

“Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,

“ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro”21.

Gracias a Jesucristo, la paz puede reemplazar el remordimiento; se pueden restaurar las sanas relaciones; se pueden superar las adicciones.

Debemos dar a conocer esta verdad a nuestra familia y amigos: Dios es amor, “y él invita a todos ellos a que vengan a él y participen de su bondad; y a nadie de los que a él vienen desecha”22.

Debemos ocuparnos en la obra de salvación antes, durante y después de nuestras misiones.

El uso de la tecnología para bendecirnos

El Señor los invita a tomar parte y a usar cualquier medio de comunicación en línea que prefieran y ser los hijos e hijas modernos de Helamán en las grandes batallas de los últimos días. Él desea que lleguen a ser los jóvenes guerreros modernos que permanecen firmes y unidos para defender la verdad; Él desea que sean valientes y fieles ante el avance del enemigo. Sabemos que al final el Señor ganará la guerra y Satanás será vencido.

A través de los medios de comunicación en línea ustedes pueden tener conversaciones del Evangelio con familiares, amigos y, ustedes los ex misioneros, incluso con antiguos investigadores y miembros nuevos. Pueden ser testigos de la verdad y defender el reino.

Defender el reino

Sé que a algunos de ustedes les preocupa que los juzguen mal, los ridiculicen o incluso que los persigan si defienden al Padre Celestial y al Señor Jesucristo y la Iglesia. Comprendo sus preocupaciones.

Presté servicio misional en la Misión Británica al concluir la Segunda Guerra Mundial. En ese tiempo los mormones eran “escarnio y oprobio”23, y los misioneros eran objeto de burla y ridículo. La gente incluso nos lanzaban cosas; no obstante, no retrocedimos, sino que seguimos expresando nuestro testimonio y compartiendo el Evangelio. Al igual que Abinadí, no desmayamos; como Pablo, no desmayamos; como el Salvador, no desmayamos. En aquel tiempo no podíamos haber imaginado el impacto de nuestra labor; teníamos 14 distritos y ninguna estaca. Actualmente en las Islas Británicas hay 46 estacas de Sión.

Mis queridos jóvenes amigos, no se preocupen por los que están en el edificio grande y espacioso. Nefi vio que se burlaban y señalaban “con el dedo a los que habían llegado hasta el fruto y estaban comiendo de él”24. No sean como aquellos que “después que hubieron probado del fruto, se avergonzaron a causa de los que se mofaban de ellos; y cayeron en senderos prohibidos y se perdieron”25.

Ustedes son una generación grandiosa e importante, ¡y ésta es una maravillosa época para estar vivos! El futuro es brillante. Díganse a ustedes mismos: “Estoy ayudando al Señor al esforzarme por compartir mi testimonio y enseñar las verdades que Dios ha revelado en los últimos días”.

Y ahora tienen la oportunidad de usar con sabiduría todos estos recursos de las redes sociales para compartir lo que han aprendido y sentido esta tarde. Recuerden que hay un momento y un lugar adecuados para el uso de las redes sociales, y el compartir sus ideas y testimonio de lo que están aprendiendo y sintiendo es una de esas ocasiones.

Testimonio y afirmación

Que el Señor los bendiga con sabiduría durante muchos años, que sabiamente se den cuenta de que estamos en esta batalla y que debemos estar juntos, jóvenes y mayores. Ruego que nuestro Padre Celestial los cuide y los bendiga. Por favor, y una vez más, sepan lo mucho que los amamos; y le pido a nuestro Padre Celestial que bendiga a cada uno de ustedes, donde sea que estén en el mundo, quienes estén oyendo este devocional, con la paz del Señor en sus corazones, con el tranquilo testimonio y la seguridad que Jesucristo vive, que Él es el Hijo de Dios, que ésta es Su Iglesia. Que esa paz y ese poder esté con ustedes. Que nuestro Padre Celestial los cuide. Que jamás se olviden, durante esta vida mortal en la que se encuentran, que son de gran valor, cada uno de ustedes, para el futuro de preparar el mundo para aquel día en el que Jesús diga “Basta” y regrese y reine como Salvador, el Señor de señores, el Rey de reyes, el Redentor del mundo, quien testifico que vive. Hemos estado hablando de aquellas cosas que son importantes para Él. Que salgamos de esta reunión llenos de amor por el Señor y el deseo de servirle a Él, es mi humilde oración, en el sagrado y amoroso nombre del Señor Jesucristo. Amén

© 2014 por Intellectual Reserve, Inc. Todos los derechos reservados. Aprobación del inglés: 3/14. Aprobación de la traducción: 3/14. Traducción de Be Still, and Know That I Am God. Spanish. PD50053655 002

Notas